La localidad de Moctezuma celebró 100 años «como Dios manda», con mucha alegría, con emociones, poniéndole calor y entusiasmo a un festejo merecido que encierra una historia rica en acontecimientos, generados por un pueblo laborioso y tenaz que le puso el pecho a las adversidades, y hoy demuestra con orgullo que valió la pena tanto sacrificio. Por sobre los actos programados, el factor humano fue preponderante, la nostalgia, la emoción y las lágrimas le ganaron a las risas y aplausos, pero sin embargo la alegría le ganó a la tristeza. Alegría por el reencuentro, alegría por el motivo, alegría por verse compensados por el reconocimiento, y tan solo la tristeza por aquellos que partieron, cuyo recuerdo permanecerá indeleble en el corazón de todos los moctezumenses.
A CELEBRAR SE HA DICHO
Varios fueron los actos programados para celebrar el siglo de la localidad. Algunos protocolares, otros complementarios, pero dos de ellos merecieron un párrafo aparte porque movieron una multitud. El artístico, nada menos que con la actuación el día sábado de la cotisadísima cantante nacional Patricia Sosa, una top indiscutida, que aún pese a actuar con un yeso por una fractura reciente, realizó un show espectacular, acompañada por una banda musical de excepción, y con toda su magia y relevancia artística. Miles de personas (dicen que 3 mil, que 4 mil, se hace muy difícil calcular al aire libre), se congregaron frente al palco del girasol, armado especialmente para la ocasión. Patricia entre sus temas más famosos, interactuó con el público, presentó a sus virtuosos músicos y cantantes del coro, a hizo subir al escenario a los alumnos del Coro de Señas con su directora Miryam Rubiera.
En suma un show musical de los quilates como muy pocas veces se vio en Carlos Casares, que fue un verdadero orgullo tenerlo en Moctezuma. Al término del mismo y siendo ya la medianoche, los fuegos de artificio iluminaron con mil colores el cielo moctezu-mense, anunciando la llegada del día del centenario.
EL ALMUERZO MULTITUDINARIO
Y el otro acto central del centenario fue sin duda alguna el gran almuerzo popular en los galpones del ferrocarril que congregó -se estima- a más de 1300 comensales, entre los que se encontraban no sólo gran parte del pueblo de Moctezuma, sino infinidad de Casarenses, visitantes de todo el país, moctezu-menses que emigraron hacia otros destinos, que no quisieron estar ausentes en este, el cumpleaños Nº100 del querido pueblo en el cual nacieron. Es muy difícil poder plasmar en palabras las escenas protagonizadas en el almuerzo. Los reencuen-tros eran emotivos, los abrazos interminables, las sorpresas, las alegrías, un sinfín de sensaciones se agolpaban en ese ámbito que parecía sagrado y único. Poco importaba tal vez el menú o la bebida, que fueron elogiados, porque lo más importante eran las caras, los gestos, la sorpresas. Pero también hubo lugar para el brindis, la torta, el aplauso a los números artísticos y el homenaje a aquellos que bien se lo merecían. Las palabras fueron cálidas, entrecortadas algunas por la emoción. Harían falta más adjetivos para definir lo que allí ocurría.
El intendente Torchio en su discurso evocó el acontecimiento, dio la bienvenida a los visitantes, felicitó a los organizadores y anunció que llevará adelante un ambicioso proyecto para la localidad: la realización de un Centro Cívico Comunitario en los galpones del ferrocarril.
LOS RESTANTES FESTEJOS
El viernes por la noche dieron comienzo los festejos del centenario, con la presentación del Grupo de Teatro»Centenario de Moctezuma», dirigido por «Tato» Paparelli, con la presentación en las instalaciones de la Escuela Nº 25 de la obra «Dos Historias Guarangas», ante un numeroso público que vertió los mejores elogios.
El sábado por la mañana tuvieron lugar los actos protocolares, concentrándose autoridades, delegaciones, vecinos e invitados en plaza Libertad. Se izaron las banderas de las colectividades española, italiana e israelita, la de la provincia de Buenos Aires y la del partido de Carlos Casares. Se descubrieron placas conmemorativas a cargo del Intendente Municipal Esc. Water Torció e integrantes de la Comisión del Centenario. La Banda de Música «Curupaití» del Regimiento de Artillería Nº 10 de Junio entonó marchas y música popular, poniéndole música y color a la brillante jornada, la que continuo con un gran desfile que recorrió las calles de la localidad. Y hablando de las calles, podía verse a numerosos ex-moctezumenses recorriendo con nostalgia aquellos lugares que recordaban de su niñez y su juventud, la casa en la cual habían vivido, el lugar de sus juegos infantiles, la escuela, el club, los viejos comercios…
Los actos del domingo por la mañana comenzaron con una misa de acción de gracias en la Capilla y una ceremonia judía en la sinagoga.
Digamos que Moctezuma vivió una jornada histórica, inolvidable, que colma a sus pobladores de satisfacción y esperanzas. Sólo resta felicitar a los organizadores por las espléndida fiesta y a todos los vecinos de esa mítica localidad del norte casarense, que bien se merecen el rutilante éxito obtenido.