Cual si fuera una exposición, por cierto macabra, vecinos de la ciudad, visitantes y todo aquel que pasa por la plaza, se detiene a ver y en algunos casos se instala junto a otras personas para hacer una suerte de análisis de lo que allí se observa. Nos referimos a los restos de vehículos accidentados, que encierran en algunos casos historias trágicas, removiendo instancias de desgarrante dolor que no es necesario recordar. Pero que esas imágenes lo recuerdan, impactando negativa y dolorosamente en padres, madres, hijos, nietos, demás familiares y amigos de quienes han sido protagonistas de esos luctuosos accidentes.
No es la primera vez que tratamos el tema, ya en otras oportunidades desde este espacio fustigamos duramente a los responsables de que ese sector de la plaza sea transformado en una especie de galería del terror que motiva todo tipo de críticas de los vecinos, muchos de los cuales se dirigen a este medio y otros lo hacen desde las redes sociales o las emisoras radiales.
¿Pero quien es el responsable?. ¿Acaso la policía que deposita alegremente esos restos de automotores frente al principal paseo de la ciudad?. Creemos que no, que la policía al no tener un lugar físico donde depositar esos vehículos, como tampoco poder de decisión y posibilidades como para llevarlos a otros lugares, los deja allí para evitar saqueos, ya que por orden judicial los tiene a su custodia.
Pero está visto que allí no pueden estar, que ese lugar quede vedado en forma definitiva como depósito de chatarra de accidentes automovilísticos y se destine un lugar específico a manera de depósito. Es la municipalidad la que no debe permitir que ello ocurra. De nada valen los esfuerzos de las autoridades en llevar a la plaza espectáculos artísticos, ferias artesanales, exposiciones y fundamentalmente a la familia, dándole su lugar como paseo por excelencia, si allí se depositan autos y otros vehículos siniestrados, testigos de tragedias que han cegado vidas o dejado serias secuelas a sus protagonistas, reeditando esas imágenes el triste recuerdo de esos hechos.
Es de esperar que ésta sea nuestra última nota relativa al tema. No creemos que nadie pueda estar en desacuerdo con lo que aquí se dice y se solicita. Simplemente hay que destinar un lugar seguro en el que los vehículos secuestrados sean depositados hasta tanto llegue la respectiva orden de restitución a sus propietarios.