La oposición a la que llamamos «radicales» y así la suelen llamar la mayoría de los vecinos, está conformada por ex-radicales y radicales bajo la sigla Frente progresista Cívico y Social. Hecha la aclaración debemos decir que pocas veces en los últimos tiempos oficialismo y oposición se han llevado tan mal. Por un lado declaraciones contundentes del intendente Torchio, por otro lado las respuestas también duras de la oposición, en las que se habla de palos, palos en la rueda al gobierno comunal y palos de retruque por parte de la oposición, que en un comunicado de prensa que transcribimos a continuación hace una enumeración de todos los proyectos que les habrían sido «bochados» por el oficialismo, motivando su frustración y encono.
Esto que sucede en Casares es tan sólo una visión espejada de lo que sucede en la Nación. Claro que tan sólo es cháchara, y no como hace muchos años atrás cuando esos enconos se solucionaban por la vía del honor, retándose los políticos a duelo, tal el caso del sangriento duelo en el que se enfrentaron en el amanecer del 6 de septiembre de 1897, Hipólito Yrigoyen y Lisandro de la Torre en los galpones de Catalinas Sur. Dice la historia que Yrigoyen pese a no conocer el arte de la esgrima le hizo varios cortes en el rostro a Lisandro, que era más joven, atlético y eximio esgrimista. Era tal el odio que se tenían, que al estirar la mano Lisandro para dar por saldado el problema. Yrigoyen le tiró la espada a los pies y se dio vuelta sin darle la mano. De la Torre debió usar barba el resto de su vida para ocultar la cicatriz que le dejara el sable de Yrigoyen.
Los tiempos ahora son otros, la defensa del honor y las ideas de los políticos no pasa por poner en riesgo sus vidas. Y es bueno que así sea, el diálogo debe primar sobre todo tipo de revanchismo. No se construye con sangre y menos aún con muerte.