Fue despedido además el Padre Germán y se anuncia la llegada del Padre Francisco y de la monjita angoleña Yohana que ya se encuentra en nuestra ciudad
Una verdadera multitud celebró en nuestra ciudad el Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, que se fue desarrollando a partir de la procesión que infinidad de fieles realizaron desde las distintas Ermitas de la planta urbana, concentrándose posteriormente frente al templo parroquial.
Las procesiones se realizaron desde las Ermitas: del barrio Balbín, de la Ruta Nº 5, el Hospital, el Sagrado Corazón (frente a Casa Vita), Barrio del Carmen, la Virgen de Luján (barrio Pignata), del C.I.C., Schoenstat, San Nicolás y San Expedito.
A la llegada de las procesiones de los distintos puntos de la planta urbana al templo parroquial, se realizó frente al mismo la Misa, a la que asistieron aproximadamente 500 personas, y la fiesta de despedida del Padre Germán, que como se recordará, prestará servicio en la cárcel de Trenque Lauquen, con espectáculos musicales, para lo cual colaboraron desinteresadamente Fernando Alcázar, Ariel Lambré con sus alumnos, Walter Tello, La 20 y el Ballet de Fabián Lucero, disponiéndose además un servicio de cantina, con panchos y hamburguesas.
El Padre Germán vivió momentos muy emotivos compartiendo, con su madre, sus 4 hermanos y muchos allegados de 9de Julio y Bragado, tan especial demostración de cariño que le brindó la comunidad, prolongándose tan hermosa jornada hasta más allá de las 12 de la noche.
LA DESPEDIDA DEL PADRE GERMAN
El Padre Juan, se refiere a la partida de su amigo y colaborador:
«Sinceramente todavía no lo veo como una despedida, pero es verdad que siendo del mismo pueblo, la misma historia juntos, familias conocidas, uno lo vive de manera particular.
De todas maneras, nos va hacer bien a todos. A él porque estaba aquí transitoriamente ya que era Secretario del Obispo y no podía estar al frente de una Parroquia. Ahora le llega merecidamente, lo cual le brindará experiencia, lo ayuda
rá a crecer y redescubrirá una faceta casi necesaria del sacerdocio: tener su propia Parroquia.
Y también es bueno para mí porque se me presenta el hecho de que viene otro Cura, mucho más joven, con otras inquietudes y uno también tiene que adaptarse, y yo creo que eso es un crecimiento».