El derecho al trabajo, a un sueldo digno y a las condiciones de vida que permitan comer, educarse y crecer no deben discutirse. Son derechos que tiene el ser humano y deben respetarse.
Cuando se discuten los sueldos de los empleados municipales, acaso los más modestos en la escala salarial, da toda la impresión de que son actos mezquinos en los que precisamente no se tienen en cuenta esos derechos a los cuales nos referimos en nuestro primer párrafo.
Pero, ese nivel de discusión proviene precisamente de los excesos que se han cometido a nivel gubernamental, o de las políticas de subsidio al empleo que se han puesto en vigencia y que crecen exponencialmente en detrimento del monto de los salarios, ya que por lo general la torta salarial se divide en más porciones, y su deterioro es evidente.
La tentación de los políticos a pagar favores y lograr adhesiones generando empleos, hace que los porcentajes aconsejables de la incidencia del empleo en los presupuestos comunales, aumente en forma continua, sea cual sea el color político de quien ejerza el gobierno. Ello conlleva a que los sueldos se estanquen o no aumenten en la proporción en que lo hace la inflación, y se conviertan en insuficientes, a tal punto de que su monto en algunos casos no llegue al ingreso mínimo que una familia necesita para subsistir.
Pero que hacer ante tal problemática?. Si se respeta la recientemente aprobada ley que establece las paritarias para la discusión salarial de los empleados municipales, encontraremos opiniones divididas, algunas de las cuales consideran que se les hace imposible a los municipios dar cumplimiento a la ley, por lo mismo que decíamos anteriormente. Sus arcas están exhaustas por el gran porcentaje de incidencia que tiene en el presupuesto los sueldos de su personal. Algunos insinúan la solución más odiosa, que podría ser la de prescindir de personal contratado para generar ahorros presupuestarios y así poder aumentar los sueldos. Otros en cambio consideran que dicha ley es inconstitucional porque avasalla la autonomía de los municipios, y están también aquellos que sentencian que únicamente podrán dar cumplimiento a lo dispuesto, si reciben ayuda financiera por parte de la Nación o la Provincia.
El tema es muy complejo, la realidad es que los municipales tienen -históricamente- sueldos insuficientes, y que la disyuntiva de cuidar el empleo o el salario puede llevarlos a soluciones intermedias, condensadas entre cada municipio y sus empleados.
Sea como fuere es un problema adicional que tienen los jefes comunales, cuya solución depende de muchos factores, cuyo tratamiento, si es desacertado, puede convertirse en una bomba que les estalle en las manos, por estar transitando tiempos preelectorales.