El ritmo comercial de nuestra ciudad no se detiene, constantemente se abren nuevos negocios, algunos importantes, otros más pequeños, pero se observa en los vecinos una actitud emprendedora, ganas de invertir y creatividad. Basta con observar los últimos comercios que se han inaugurado, para distinguir en ellos, el diseño, el buen gusto y sobre todo la intención de ofrecer a sus potenciales clientes todo lo novedoso, las buenas marcas y también excelentes precios.
En lo que va del año se han habilitado en la comuna local 78 nuevos comercios, un promedio superior al de años anteriores, habida cuenta que desde 2011 a la fecha han sido 270 las habilitaciones.
Y esa imagen de crecimiento comercial tiene su correlato también en el crecimiento desde el punto de vista edilicio, con nuevas construcciones, sea viviendas, departamentos para alquilar, locales comerciales, dos edificios de departamentos recientemente inaugurados y otro en su fase final, lo que muestra una pujanza que llama la atención y satisface a quienes formamos parte de esta comunidad.
Son muchísimas las «pálidas» que desde distintos sectores ametrallan a los habitantes de este bendito país. «Conozco a mi pueblo y conozco al mundo» decía un célebre filósofo, pero conociendo a Casares no pareciera estar inmerso en esa «caótica crisis» que muchos pintan y algunos tan apocalípticamente que pareciera que estamos a un paso de la disolución.
Aquí, afortunadamente sobrevivimos, no retrocedemos, está a la vista que vamos hacia adelante, y seguramente también ocurre lo mismo en muchas otras ciudades como la nuestra, en las que se respira más optimismo, ganas de progresar, de crecer y aspirar a un futuro mejor.
Conocemos a nuestro pueblo y aunque tal vez no conozcamos el mundo, lo que uno pretende del lugar en el que vive, es en gran parte lo que hoy nos rodea. Obviamente no es el paraíso, ¿pero el paraíso existe?.