Don Hipólito Heras es un antiguo vecino de Cadret de 85 años de edad que vive solo en una casa de barrio, precisamente contigua a la del policía de la localidad. El domingo se levantó como todos los días a las 5,30 hs. antes de que amaneciera y salió a barrer la vereda. Grande fue su sorpresa al encontrarse con un sujeto encapuchado que armado con un revólver le exigía bajo amenazas que le entregara toda la plata, pegándole un empujón para que entrara en la vivienda. Muy asustado don Hipólito le entregó su billetera en la que sólo le quedaban de su jubilación alrededor de MIL CIEN PESOS. El malviviente se la arrebató y sin tocarlo se dio rápidamente a la fuga. Don Hipólito Heras quedó azorado esperando que aclare para pedir auxilio, sin lograr explicarse como esas cosas puedan estar ocurriendo en una localidad tan tranquila como Cadret.
Es evidente que ya no queda lugar alguno seguro y libre de la lacra de asaltantes y ladrones que apañados por una justicia garantista están asolando el país. Y Cadret no es la excepción, aunque allí todos se conozcan y elaboren ahora las más variadas hipótesis. Que el asaltante madrugador sabía que H.H. vivía solo y que por su avanzada edad no iba a presentar resistencia nadie lo duda. Tal vez sea un vecino e incluso alguien «amigo», para quien sacarle al anciano lo poco que tenía era más fácil que robarle un caramelo a un niño.