A 39 años del Golpe cívico militar que marcó el punto de partida de la dictadura más genocida de la historia agentina, no podemos dejar de comprender sus causas y sus consecuencias. Nada fue aislado ni casual. El plan , ejecutado por militares, no había sido pergeñado sólo por ellos, es más, muchos de sus mentores y cómplices, a pesar del paso de los años todavía forman parte de este mundo. Por ello los juicios por crímenes de lesa humanidad NO deben prescribir para sus ejecutores, pero tampoco para sus ideólogos.
Hace pocos días falleció un emblema del juicio a las Juntas, el Fiscal Juan Carlos Strassera; por su memoria y por la de todos aquellos que nunca bajaron los brazos pidiendo justicia y la no prescripción de las causas, es que debemos mantener viva la llama de la verdad. Casos como Papel Prensa o el ingenio Ledesma no deben caer en el olvido, los torturados del primero y los desaparecidos del segundo, son solo algunos ejemplos de que no debe haber olvido ni leyes del perdón, por ellos y por los más de trescientos hijos de desaparecidos, apropiados de manera ilegal, a los que se les quitó un derecho fundamental en la vida de todo ser humano, el derecho a la IDENTIDAD.
Es cierto que la Argentina se convirtió en un ejemplo mundial en materia de Derechos Humanos, a pesar de las presiones que sufriera el Dr. Raúl Alfonsín, que lo obligaron a sancionar las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, empañando de algún modo lo logrado con las investigaciones de la CONADEP y el Juicio a las Juntas o la claudicación total de Menem, con la ley del Indulto; pero no es menos cierto que lo actuado a partir de la presidencia de Néstor Kirchner y continuado por CFK fueron muestras de carácter elocuente para la consolidación de una democracia que no fuera de utilería.. Y esto se pudo ver tanto en aquella orden al jefe del ejército para bajar el cuadro del general genocida en el Colegio Militar, como en el canto a la vida que significa la identificación de más de ciento treinta nietos de desaparecidos.
¿Un nuevo Plan Cóndor ?
En la década de l970 se puso en práctica este Plan genocida en América Latina, con el apoyo total del Departamento de Estado de los EEUU, y su instrumento fue la Doctrina de la Seguridad Nacional, que abría un paraguas de sospecha sobre todos los habitantes, principalmente con aquellos que tuviesen compromisos sociales, sindicales, políticos o intelectuales. Hoy en día pareciera que algunos desean reeditar aquel nefasto plan, no ya con armas sino concentrando poder económico y mediático, para desestabilizar gobiernos democráticamente elegidos . Tales son los ejemplos de Venezuela, Brasil, Ecuador, Bolivia y Argentina, pues en todos los casos nombrados hubo pruebas evidentes de desestabilización, como el golpe del 2002 contra el ex presidente Hugo Chávez, o los intentos separatistas de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, o las manifestaciones premundial contra Dilma y las actuales, a pesar del reciente e inobjetable triunfo de la brasileña; o el intento de “golpe policial” a Rafael Correa o el lockout de las patronales agropecuarias fogoneadas por Clarín,La Nación y Perfil contra Cristina ( esta intencionalidad golpista fue recientemente reconocida por Pedro Peretti de Federación Agraria, cuyo líder, Eduardo Buzzi fue cómplice por aquel entonces de los planes desestabilizadores de la Sociedad Rural y la Mesa de Enlace)
Por eso debemos estar alertas y no perder la conciencia de lo que sucedió en aquella década del 70, para que NUNCA MAS se repita
Prof. Daniel LOMBARDO