A veces
sin grandes cosas,
simplemente
cosas buenas,
alcanzan
para la historia
que por siempre
se recuerda…
En ese andar por la vida, que es la existencia misma, vamos marcando un sendero que es distancia, camino, y con nuestros actos escribimos el libro de nuestra historia.
Así, Domingo Landaburo, Mingo para el cariño de familiares y amigos, fue escribiendo, con honestidad, con hombría de bien, con cariño y con el diario accionar, el libro de su historia…
Y uno lo recuerda, siempre elegante y prolijo, atildado guerrero de la paz, en distintas facetas de su vida, componiendo esa historia. Como correcto futbolista, vistiendo las casaquillas, rememoramos de Libertad y San Martín, dejando una huella de lindos recuerdos. O trabajando en la repartición “de la Usina”, como se denominaba entonces a la empresa que suministra energía eléctrica, donde estuvo hasta su jubilación, dejando también en ella muchos recuerdos de su paso.
Porque Mingo Landaburo, a pesar de su bajo perfil, mostraba una personalidad cautivante, llena de honradez, buenos propósitos y corrección. Casado con Alicia Larrateguy, formó un hogar feliz, donde sus hijos, Adriana, Ana Claudia y Carlos Eduardo, fueron la bendición con que los premiara el destino, ampliada en sus años maduros, con la llegada de los nietos, que iluminaron de destellos de dicha los tiempos del otoño de la vida.
Y siguiendo la tradición bolichera de su suegro, allá en la esquina de Avenida 9 de Julio y Lavalle, también supo desempeñarse como tal. Ya jubilado, con un ritmo de vida tranquilo, fue transcurriendo los instantes. Acumulando días a su transcurrir, hasta que un día las dolencias físicas comenzaron a hacerse notar, a las que con la serenidad y entereza con que afrontó todos los actos de su vida, les hizo frente, hasta que en la mañana del viernes 27 de marzo, con 80 años de existencia, Domingo “Mingo” Landa-buro, emprendió el último viaje terrenal. El dolor que su partida provocara en familiares, amigos, conocidos y vecinos, se vio reflejado en el cristiano acto de su velatorio y la inhumación de sus restos, el viernes 27 a las 17hs. en el Cementerio Municipal, previo responso religioso rezado en la Iglesia Nuestra Señora del Carmen.
Mingo se fue dejándonos un hermoso puñado de recuerdos que lo perdurarán en el cariño y la nostalgia, para que el olvido no lo aleje definitivamente.
J.D.O.