No sólo la fe mueve montañas, también la solidaridad. Y un ejemplo de ello es La Maratón Solidaria, un acontecimiento popular, masivo y convocante, cuyo fin principal es el de estimular y movilizar la solidaridad de los vecinos ante un objetivo superior como lo es el de recaudar fondos para la adquisición de un tomógrafo.
Cuatro vecinos, todos hombres, se encontraban sentados en la confitería del Gran Hotel conversando animadamente. De pronto se acercó la esposa del intendente municipal y les pidió un segundo de atención. En sus manos tenía un talonario de bonos contribución para la Maratón Solidaria. Brevemente les explicó el motivo de su irrupción, y uno a uno metieron la mano al bolsillo y le entregaron el importe de lo que costaba el bono. Incluso uno de ellos se lamentó no haber comprado más bonos porque se sentía infinitamente agradecido por la atención que recibiera en el hospital local.
Un ejemplo de como funciona la solidaridad inducida y de la acogida que tiene cuando el fin es altruista y contribuye al mejoramiento -en este caso- de la salud de nuestro pueblo.
Estimular la solidaridad de la comunidad es enseñarle a aquellos que pueden, de que manera su contribución posibilita el logro de obras vitales y necesarias. No es habitual que las personas realicen gestos solidarios en forma espontánea. Muchos no saben como, tienen ciertos pruritos, pero cuando se les facilita esa oportunidad no vacilan en hacerlo y se sienten satisfechos por ello.
- Ver a una cantidad cercana a las 2000 personas participando en la Maratón Solidaria, demuestra hasta que punto los vecinos entienden el mensaje y colaboran, no sólo con dinero sino también con su presencia, apoyando con sus mejores intenciones las obras de bien destinadas a mejorar nuestra calidad de vida.