Los casarenses tenemos por costumbre, a veces con razón, de hacer comparaciones con otras localidades vecinas, por lo general para destacar nuestras carencias. Y es así que comparamos nuestro tránsito, los comportamientos ciudadanos, obras de infraestructura urbana, etc. Pero si en algo salimos beneficiados al hacer comparaciones es en nuestro hospital municipal, camino a ser el mejor de toda la zona, si no lo es ya. Son incesantes las obras que se realizan en nuestro nosocomio, tanto desde el punto edilicio (ya parece una clínica), como en su equipamiento y complejidad, al que ahora deberemos agregar en un futuro cercano el Centro de Nefrología, la maternidad y algunas adquisiciones que están en carpeta.
Pero no es suficiente. El hospital es el único efector de salud de Carlos Casares (no tenemos ninguna clínica privada que descompri-ma el hospital, cosa que sucede en otras ciudades vecinas), por lo que debe atender a toda la comunidad, intentando bajar los índices de derivación, incorporando más servicios y por sobre todas las cosas reforzando su staff médico e intentando niveles de excelencia que están haciendo falta.
¿Que existen quejas?. Sí, y muchas, como también son muchos aquellos que elogian la atención que se dispensa en nuestro nosocomio. Mejorar lo que está bien y solucionar aquello que está mal, sería la consigna. Ciertos comportamientos del personal médico, algunos que vienen de épocas inmemoriales no han podido ser subsanados, muchas veces la voracidad económica es causal de graves faltas a la ética que le hacen mal al hospital como institución y a la comunidad en general. Por usar alguna frase médica, habría que extirpar esos tumores malignos que tanto daño causan.
La salud es una prioridad, absoluta y excluyente, es grato ver que desde el gobierno comunal y con una visión global que incluye a toda la comunidad, se pone énfasis en hacer del Hospital Municipal una institución modelo.