Suena casi cómico, pero si se quisiera hacer un debate político de candidatos en nuestra ciudad con miras a las próximas elecciones, como se propone a nivel nacional y de los distintos distritos del país, aquí en Casares no podría hacerse. Salvo el intendente Torchio, no existen candidatos, por lo que el debate sería imposible.
Se conoce la gestión del intendente, sus obras realizadas, las que están en vías de realización y sus proyectos. Se sabe que hizo y que hace en salud, obra pública, seguridad, acción social, tránsito, etc, etc. Lo que no se sabe y tiene que ver con la oposición, es qué plataforma de gobierno presentarán, qué proyectos tendrán, que es lo que consideran ha hecho bien o mal el gobierno en ejercicio, cuales son las críticas y por qué razón la ciudadanía debe cambiar su voto. Ni siquiera se muestran indicios, trascienden reuniones, se presumen candidatos, nada, el misterio rodea a la política local, a contrapelo de lo que normalmente se muestra, como a una vidriera en la que se exponen candidatos reales, otros virtuales, debutantes y «tapados» en un juego de adivinación que atrapa a los amantes de la política.
Por lo tanto al no haber nada es como si en un par de meses no hubiera elecciones, o que en el gran clásico casarense sólo corriera el caballo del comisario.
Es difícil dilucidar qué pasa. No podemos pensar en alguna alquimia ingeniosa porque no existen movimientos que permitan suponer que se está amasando alguna alianza política que meta miedo al oficialismo, habida cuenta que la desorientación de los «posibles» candidatos es notable.
No obstante aún faltan algunos días. Tal vez un parto de último momento arroje el condimento necesario que a la ciudadanía le permita palpitar, cotejar propuestas, participar y por sobre todo elegir, una posibilidad que hasta el momento no se le está dando.
Se puede decir, a dos meses y días de las próximas elecciones PASO, que la cuenta regresiva ha comenzado. ¿Qué esperan muchachos?.