En repetidas oportunidades nos referimos al peligroso abandono de la casa que fuera del recordado vecino Haroldo Vizán (f), en la que vivió los últimos años en máxima soledad y abandono su hijo Gaby. Precisamente el deplorable estado de dicha vivienda, la pérdida de las cañerías y la voladura de sus chapas, ha ocasionado distintos problemas con los vecinos lindantes, a cuyas viviendas ha pasado la humedad, arruinando pintura, paredes y pisos. Gaby se negaba sistemática-mente a dejar pasar a albañiles o plomeros e incluso amenazó de muerte y agredió a dichos vecinos los que formularon las denuncias respectivas.
Finalmente fue la hermana de Gaby, Fernanda, quién logró con la ayuda de una de las vecinas, que su hermano sea internado por orden judicial en un instituto psiquiátrico de máxima seguridad en Junín, ya que de los otros psiquiátricos en los que había sido internado, siempre logró fugarse. La idea sería mantener la casa o por lo menos el frente en condiciones, y cuando llegue una autorización judicial proceder a su venta. Gaby habría vendido todo lo que pudo vender, dejando sólo las paredes y las puertas. Si bien el estado de la casa es desolador, está en pie, fue construida con materiales nobles, por lo que se la puede reconstruir y refaccionar sin problemas.
Pero algo es algo, por lo menos ahora no se ven ni chapas voladas, ni ventanas destruidas ni un pastizal de un metro de altura.
Ahora al menos han cortado el pasto, arreglado las ventanas y las chapas del techo. El aspecto es otro, su abandono era lamentable.