A los casarenses ya nada nos asombra, cual un espejo se replican en Carlos Casares las modas, las costumbres y también los males de las grandes urbes, especialmente aquellos que tienen que ver con la inseguridad, reflejada en los actos delictivos y sus diferentes modalidades.
De aquellas crónicas policiales de antaño en la que los ladrones de gallinas ocupaban una buena parte del espectro delictivo local, hemos pasado a ser víctimas de todo un abanico de modalidades delictivas, que podrían ser consideradas menores, ya que no encierran secuestros, ni asaltos o entraderas con víctimas mortales o las andanzas de violadores seriales, pero si en cambio, la actividad de descuidistas, ladrones con el «cuento del tío», ingreso y robo en casas cuyos dueños se han ausentado, algún asalto, arrebatadores en moto, y ahora, bien fresquito, un delito que debe preocuparnos, que es el asalto en los semáforos.
Lo ocurrido recientemente a un vecino de ésta ciudad es alarmante. Un sujeto, presumiblemente armado amenazó al conductor de un auto detenido en uno de los semáforos de la ciudad, y tras obligarlo a abrirle la puerta trasera, apuntándole con lo que parecía ser un revólver, lo obligó a conducir varias cuadras, lo hizo detener, y tras robarle la billetera se dio a la fuga.
Por suerte no lo agredió, ya que el conductor obedeció las órdenes y en ningún momento opuso resistencia. La policía logró aprehender al asaltante, que resultó ser un menor de 17 años, ya con antecedentes delictivos, el que por supuesto que quedó en libertad.
En ese lugar (Galcerán y Belgrano) hay una cámara de seguridad la que no pudo brindar imagen alguna porque está descompuesta. Si bien la policía en su investigación dio con el autor del hecho, las imágenes hubieran sido de una ayuda fundamental para esclarecer el mismo.
Es por lo tanto imprescindible que las cámaras de seguridad sean chequeadas continuamente y estén en perfecto funcionamiento. Como así también dotar de cámaras al resto de los semáforos, ya que como decíamos el asalto en los semáforos es una modalidad nueva que acaba de ser adoptada en Carlos Casares. La prevención por lo tanto es fundamental, por más que circulen cien patrulleros o uniformados de recorrida, es muy difícil encontrarse en el lugar indicado y al momento preciso. Las cámaras en cambio son un ojo atento las 24 horas, que ante un hecho delictivo permiten ver a su autor, que ropas usaba, identificarlo si es que se observa su rostro y un sin fin de elementos que permiten aclarar un delito. Hoy en día las cámaras de seguridad son un valioso auxiliar de la justicia.