La frase fue acuñada precisamente por una víctima de los tiempos actuales, un mecánico que cada vez tiene menos clientes y en virtud de la tecnología actual de los autos se ve impedido de poner mano en ellos, dado que no cuenta con los conocimientos de computación y otros que hacen a la complejidad de los nuevos modelos. «Sólo estoy en condiciones de arreglar autos y camionetas de mayor antigüedad, mecánica más simple, sin sensores, ni tecnología digital, mientras los que arreglan celulares desde un localcito de tres por tres se manejan con unas pocas herramientas se dan el lujo de dar turnos y por cada reparación que les lleva muy poco tiempo cobran más que yo que muchas veces tengo que desarmar medio motor». Luego continuó diciendo: «Los mecánicos, al menos los que venimos de otra época vamos a desaparecer. Podrán subsistir aquellos que tengan computadoras especiales y una preparación que les permita reparar la nueva gama de automotores que no está para nuestros talleres».
Quien nos hablaba dejó pensando a quien escribe. ¿Cuantas serán las profesiones que están pasando por una situación similar?. La computación y la tecnología en general ha dejado o irá dejando a un costado del camino a muchas personas que como los mecánicos, los relojeros, los sastres, los vendedores de diccionarios y enciclopedias, y tantos otros se veían tapados de trabajo, y de buenas a primera reciben la bofetada de una realidad en la que prácticamente ya no son indispensables.
Hoy se dañan los controles remotos, los celulares, las tablets, los discos rígidos, las plaquetas, los sensores… es chino básico para quien mantenía a su familia con el martillo, el serrucho, el destornillador, la llave inglesa, la aguja y el dedal, la venta callejera de artículos que hoy ya no se venden más. Una nueva generación tomó la posta, el idioma es otro, no usa mameluco, no se engrasa las manos y trabaja con aire acondicionado. Actores de un mundo nuevo. El otro, ya fue. Hoy hasta las heladeras son digitalizadas, hay bicicletas inteligentes, autos que pueden circular sin conductor y robots que reemplazan perfectamente a la mano de obra, realizando incluso tareas que el hombre no puede realizar. Créase o no ya están dejando fuera del circuito a las enfermeras que toman la presión, los celulares con sólo apoyar el dedo en la pantalla toman la presión, registran las pulsaciones y tienen todo tipo de funciones «médicas».
Los adelantos de la realidad superan la imaginación, pero como decíamos son bofetadas que dejan en el camino a una generación a la que superó el progreso. Sólo les queda aprovechar esa frustración inculcando a sus hijos la cultura del estudio y la constante superación, para no ser víctimas del tsunami de los nuevos tiempos.