Un drama que comenzó a mediados del año pasado pero que seguramente arrastraría toda una historia familiar, tuvo un atroz epílogo el jueves ya casi de noche, alrededor de las19,50 hs., cuando el vecino y productor de seguros, Carlos Antonio Alcázar, de 52 años, usando una escopeta calibre 16 recortada, se apoyó el caño de la misma en la zona orbital (ojo) y apretó el gatillo poniendo fin a sus días. Se desconoce la procedencia de dicha escopeta, presumiéndose que podría ser propiedad del dueño de casa.
Quienes lo encontraron fueron sus hermanos, con quienes había hablado, y como lo notaron muy bajoneado le dijeron que iban a tomar unos mates.
VIOLENCIA FAMILIAR
Decimos que el drama comenzó en el mes de julio del año anterior más precisamente el día 23, porque salió a la luz un hecho de violencia familiar del cual Alcázar fue protagonista. El productor de seguros fue denunciado por su esposa por amenazas y lesiones leves, siendo ordenado por el fiscal interviniente el allanamiento de su domicilio y oficinas comerciales, realizándose el secuestro de un verdadero armamento bélico que incluía cinco revólveres y una pistola de distintos calibres, gran cantidad de proyectiles, armas blancas, cuchillos, cortaplumas etc. lo que dio lugar a que se lo imputara por el delito de «Tenencia ilegal de armas de uso civil y uso civil condicional». Por su parte la policía de Martínez de Hoz, lugar donde vive su madre, lo interceptó y requisó, hallando en su poder un revólver calibre 357 considerado arma de guerra, iniciándo-sele una causa por «Posesión ilegal de arma de fuego», siendo detenido y remitido a sede judicial a prestar declaración. Cumplimentado dicho requisito Alcázar fue puesto en libertad, pero con la anuencia familiar fue internado en un establecimiento asistencial de Junín para su atención psicológica, sin perjuicio de la continuidad de la causa.
DETENIDO EN HENDERSON
Con fecha 8 de agosto, tras una pericia psiquiátrica que determinó que Alcázar se encontraba en condiciones de recibir tratamiento ambulatorio, fue conducido a los tribunales donde tras prestar declaración se decidió que continúe su detención en la estación policial de Henderson.
A partir de allí es poco lo que se sabe respecto a la situación de Alcázar. Dado que tenía una orden de restricción para acercarse a su familia, actualmente se domiciliaba en una vivienda de calle Lavalle 631, propiedad de su amigo Miguel Santos, donde en una de sus habitaciones decidió quitarse la vida.
DEJÓ TRES CARTAS
Junto a su cadáver fueron encontradas tres cartas, una a cada uno de sus hijos y otra a su mujer. No hemos tenido acceso a las mismas, pero trascendió que no realiza imputaciones a nadie, pide perdón y se despide.
Alcázar, al que muchos le decían «Conejo» de sobrenombre, tenía una personalidad dominante, era irascible, sus ideas rozaban el autoritarismo, aunque por momentos era amable, divertido, atento y servicial con sus clientes y amigos. Tuvo en algunas circunstancias episodios que trascendieron al comentario público, e incluso con ribetes policiales. Se lo sabía fanático por las armas, las que coleccionaba e incluso portaba, como la que le encontraron en Martínez de Hoz al ser detenido, un revólver calibre 357, el que usan fuerzas especiales.