ESTABA EMBARAZADA DE 4 MESES Y ERA MADRE DE OTRA CRIATURA
Una vez más muere víctima de las graves lesiones recibidas el ocupante de una moto al accidentarse con un automóvil. La víctima, Aldana Aurora González, de 16 años, se encontraba embarazada de 4 meses y era madre de otra criatura. La moto en la cual circulaban, Honda 110 cc., era conducida por Nahuel López, de 22 años, ambos vecinos de esta ciudad. El automóvil, un Renault Clio color negro, era conducido por el conocido vecino y constructor Carlos Abel Lacabe (62), más conocido por «Chango» Funes El choque se produjo en la intersección de Ada. Maya y Schapira a las 2 horas de la madrugada del día sábado 25.
VIOLENTO CHOQUE Y GRAVES LESIONES
El impacto fue violento, los ocupantes de la moto rodaron por el pavimento, pudiéndose observar que López a pesar de las lesiones sufridas estaba consciente, aunque no así su acompañante Aldana González, que había perdida el sentido y daba la impresión de encontrarse en grave estado. Ambos fueron trasladados de inmediato al hospital, comprobándose que el conductor de la moto presentaba traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento, herida cortante en la cabeza y contusiones varias, lesiones estas de carácter leve. En cuanto a Aldana González presentaba un traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento, fractura de muñeca izquierda y lesiones internas gravísimas (estallido de hígado), determinando éstas últimos su deceso por shock hipovolemico (hemo-rrágico). Le fue practicada la autopsia por el perito médico designado Dr. Jesús Caputto, siendo caratulada la causa: HOMICIDIO Y LESIONES CULPOSAS, en trámite ante la U.F.I. Nº 2 del Dto. Jud. de Trenque Lauquen, a cargo del Dr. Juan M. Garritz.
Trascendió que Nahuel López y su compañera Aldana González se encontraban junto a otros amigos en una «previa» y que habría salido del lugar a comprar cigarrillos. La fatalidad quiso que la historia de la precoz Aldana escribiera allí su página final. Madre muy joven, seguramente con 15 años, estaba nuevamente embarazada y vivía con alegría y desenfado sus años adolescentes. Ni ella ni su compañero llevaban casco, aunque las lesiones de Aldana fueron más allá de la protección que podría haberle brindado un casco.