Al ser reporteado por un medio local, entre muchas consideraciones de tipo político electoralistas, el concejal de la oposición Fabián Perelló tras criticar la gestión del intendente Torchio hizo una ecuación mentirosa y perversa que dista mucho de parecerse a la práctica política local, en la que jamás se manejó semejante nivel de agresión.
«Si Torchio está con Aníbal Fernández, también está con la droga», dijo Perelló en forma desafortunada y antojadiza, sin importarle el daño moral que inflige al intendente Torchio, precisamente un soldado a nivel local de la lucha contra la droga.
Tal vez los vecinos ante las palabras del concejal Perelló, que no surgen en respuesta a agresión alguna por parte del jefe comunal, se preguntarán si hace falta esta réplica casarense de las miserias que se ven a diario en los representantes de la política nacional. Pensar que sí sería como aceptar esas miserias de la política que es necesario erradicar, si lo que se pretende es construir en serio, y no levantar calumnias o alentar suposiciones descabelladas que sólo pueden llevar a la desunión de los casarenses.
Y basta, no da para más, Perelló seguramente se hará cargo de lo que dice, y el futuro revelará si alguien piensa como él. Queda el regusto amargo de comprobar que lamentablemente sigue pretendiéndose construir a través de la descalificación, una práctica repudiable, que debe ser desterrada del manual de la política nacional, y por lo visto ahora también de la local.