Decíamos en nuestra anterior edición en un pequeño pie de nuestra sesión Se Dice, que en el universo de las obras municipales, es tan importante un tomó-grafo como un canal, y hacíamos referencia al canal La Sofía – Bellocq, que llevando ya un recorrido de 33 km. está a tan solo 9 km. de llegar a Bellocq, lugar donde culmina.
Sólo aquellos que han debido padecer el drama de las inundaciones, con los campos anegados, falta de comunicación, pérdidas multimillonarias, desolación y angustia, pueden dimen-sionar la importancia de una obra que en tiempos de intensas lluvias evita gran parte de ese fantasma que acecha al campo, a las poblaciones rurales y sume a los productores en la incertidumbre y el desánimo.
No vamos a relatar la historia de frustraciones y tropiezos del ya casi famoso canal 12 de Octubre – La Sofía, ni las innumerables gestiones de gobiernos anteriores, porque en definitiva son eso, HISTORIA, pero si debemos reconocer que el logro de haber podido concretar la construcción del mencionado canal, se debe a la firme convicción de que Casares es todo, la ciudad y el campo, y que éste último siempre se ha visto postergado en la concreción de obras que son fundamentales, de las que los gobernantes sólo se acuerdan cuando tienen el agua al cuello.
70 mil hectáreas se verán favorecidas con esta obra, aunque es necesario apuntar que para que su funcionamiento sea efectivo, harán falta obras terciarias y complementarias que están en carpeta de este gobierno realizar.
Con este comentario y más a días de una elección, no pretendemos resaltar la obra de la actual gestión comunal, que por cierto ha sido efectiva y determinante, sino el dejar en claro que todo proyecto de gobierno debe apuntar a la problemática global del lugar, sea de la ciudad o del campo, hagan falta cloacas, viviendas o el arreglo de caminos, un tomógrafo, asfalto, o las obra hidráulicas suficientes para preservar al campo de las inundaciones.
Incluso nosotros los periodistas solemos olvidarnos del interior de nuestro partido, hablamos de Casares como si sólo la ciudad existiera, y cuando decimos casarenses olvidamos que casarenses somos todos, y que los que viven en las comunidades rurales o en el campo mismo tienen el plus del sacrificio, la falta de oportunidades, de comunicación, obligado aislamiento y un sin fin de carencias que sólo ellos conocen.
Celebremos que una obra como el canal La Sofía – Bellocq esté llegando a su término. Se trata de em-prendimientos muy costosos, a veces complejos, ya que afectan a problemáticas distintas porque el agua que se escurre por los canales provoca resistencias en aquellos partidos que debe atravesar, y una prueba de ello es lo trabajoso que resultó vencer la resistencia nuevejuliense cuando se comenzó a construir el canal de referencia.
