La muerte de un chico de 15 años de por sí es una tragedia. Y si a ello le sumamos que ese chico terminó con su propia vida, cuesta mucho encontrarle una explicación. Maximiliano Esclavo estaba en la plenitud de su vida, era alumno de 4to. del Colegio Nacional e integrante del ballet fol-klórico «Sembrando Sueños», de Pedro Novillo. Hijo de una familia humilde pero bien constituida, gente de trabajo. ¿Qué fantasmas pudieron dañar su mente como para que decidiera terminar con su vida, sin mas ni más, dejando tan sólo una carta y mil interrogantes?. No vale la pena hacerse eco de comentarios ni trascendidos, lo cierto es que Maxi con sus 15 años se despidió dramáticamente de este mundo. Lo hallaron sus familiares el sábado alrededor de las 21.30 hs. en un lavadero o galpón de su vivienda en la calle Salta 281. Su cuerpo pendía sin vida de una soga que había pasado por un tirante. Lo llevaron al hospital, pero nada había que hacer.
«ME VOY CON MI ABUELA…»
En uno de los bolsillos de su ropa encontraron una carta dirigida a su familia. No explicaba las razones que lo llevaron a tomar tamaña determinación, sólo pedía perdón, anunciaba que se iba con su abuela fallecida a la que había querido mucho, y no mucho más. Sus padres no le encuentran explicación a lo sucedido. Tampoco sus compañeros y amigos.
Una semana antes Maximiliano Esclavo bailó con el ballet «Sembrando Sueños» en la fiesta del centenario de la escuela Nº 7 de Smith. Todo parecía normal en su comportamiento.
NO ES UN HECHO AISLADO
Estos hechos, estas tragedias que parecen incomprensibles, tal vez demuestren que hay como Maxi muchos jóvenes que no encuentran lugar en este mundo, que se sienten tal vez incomprendidos, en algunos casos acosados por una sociedad que no los contiene, solos en medio de una multitud que va para otro lado.
No es casualidad que muchos chicos como Maxi tomen ese tipo de decisión, que prefieran dejar este mundo, incapaces de afrontarlo y entenderlo.
De ninguna manera pretendemos hacer una apología de su suicidio, simplemente es nuestra intención el lanzar un alerta, especialmente para todos aquellos padres que tienen hijos adolescentes. Lo sucedido con Maxi no es un hecho aislado, se repite cada vez con más frecuencia.