Se dice y es una realidad, que el veredicto de la ciudadanía es inapelable. 8.357 vecinos legitimaron con su voto el liderazgo del intendente en ejercicio Walter Torchio del Frente para la Victoria, a quien le dieron la posibilidad de un segundo mandato, a fin de que pueda -como él lo manifestó- completar su proyecto de gobierno.
Del apabullante resultado de las PASO del mes de agosto, al actual resultado, aún más contundente, marcando así un récord absoluto en la historia política de Carlos Casares. Jamás intendente alguno obtuvo semejante cantidad de votos, ni ganó por tanta diferencia (3.473 sufragios). No debemos olvidar que en nuestro partido no hubo nunca una hegemonía política total, muy por el contrario, en los tiempos de democracia se fue dando una alternancia entre los partidos políticos tradicionales.
UNA CAMPAÑA INUSUAL
En esta oportunidad la campaña política de los dos partidos que se disputaron la comuna, se limitó tan sólo a los medios, con una tibia presencia de pancartas y algún cartel en las calles, y una mezquina presencia de los candidatos en el centro de la ciudad y los barrios, como así tampoco las tradicionales caravanas, que en campañas anteriores sirvieron para la encuesta popular, que medía por cantidad de coches, camiones y camionetas de cada caravana, el poder de convocatoria de los partidos en pugna. Todo muy ligh, como si lo acontecido en las PASO hubiera sido determinante y definitorio. Que en realidad lo fue.
FESTEJOS DE LOS GANADORES
Con la llegada de los primeros certificados, la ventaja se hacía tan evidente que ya no se estimaba si podía triunfar o no el candidato oficialista, sino por cuantos votos lo haría. El clima de euforia era evidente, llegaban al comité de campaña militantes y peronistas de toda la vida, jóvenes, muchas mujeres, abrazándose, felicitándose y preguntando donde se encontraba Torchio para saludarlo. Todo era jolgorio, la marcha peronista era el fondo musical que hacía recordar aquel famoso y último discurso de Perón que decía: «Llevo en mis oídos la más maravillosa música que para mi es la palabra del pueblo argentino». Y si, allí estaba el pueblo, disfrutando del triunfo, dando rienda suelta a su alegría y satisfacción.
EL CLIMA ESPERADO
En el comité de Cambiemos el clima que se vivía era el esperado. Las especulaciones giraban sobre la cantidad de votos obtenidos, si alcanzaban para tres concejales, asimilando la derrota como un hecho previsto. Más que tristeza se veía resignación, aunque no entrega, ya que la política da revanchas y eso lo tienen claro. También hubo abrazos, agradecimientos y solidaridad de la militancia para con los perdedores.
EL INTENDENTE MÁS AFILADO QUE NUNCA
Torchio irradiaba felicidad, lejos de relajarse, a la hora de hablar mostró un discurso vibrante, entusiasta, cual un general que vuelve de la victoria lleno de honores, dispuesto a seguir combatiendo, aceptando su reelección como un desafío. Acompañado de su familia, de sus amigos, de sus correligionarios y seguidores, bebía el sabor del triunfo con inocultable satisfacción. Decimos esto porque ahora su perfil es otro, fraguado en la experiencia política, muy lejos de aquel, Torchio de una década atrás.
LOS NÚMEROS
Si comparamos ambas elecciones, las PASO de agosto y las generales de ayer domingo, vemos que el Frente para la Victoria sumó 984 votos más. De 7373 que obtuvo en las primarias a 8.357 del domingo. Cambiemos también sumó, logrando 395 votos, de 4.489 en las PASO a 4.884 en las generales. Los blancos también se movieron, de 1700 en agosto, a 2.033 el domingo. Allí había muchos votantes de Massa que en el orden local no tenían candidato y se inclinaron por el voto en blanco. Hubo 1.474 votantes más, un 74% en las PASO y 81,5% en las de ayer. La diferencia de 2960 votos de las PASO a favor de Torchio, se amplió a 3.473. Algo impensado a la luz de la paridad que hubo en el orden provincial y nacional, aunque está claro que el votante independiente se inclinó en su mayoría por la figura de Walter Torchio, dándole un aval de confianza hasta el 2019. Son quizás los que votaron más con la cabeza que con el corazón. Analizaron los candidatos, observaron el trabajo del intendente, cómo está Casares y que proyectos hay en carpeta. Son los que más cortaron boletas, colocando la local con la foto de Torchio, y con el resto cada uno votó a quien le gustaba más. Ellos, los independientes, fueron los que determinaron la espectacular victoria del escribano.