Y está bien que así sea. Comprar dólares no es como comprar fruta o un paquete de yerba, EL DINERO DEBE SER BLANCO. Por lo consiguiente quien desee adquirir la moneda norteamericana en los bancos, o casas de cambio, que puede comprar hasta 2 millones, debe tener el dinero depositado, o sea bancarizado.
Por protección, ahorro, desconfianza o lo que fuere, son muchas las personas que han atesorado dólares y que estaban a la espera de la apertura del cepo cambiario y todas las medidas restrictivas, para poder hacerse de dólares sin problemas echando mano a sus activos en pesos. Y podrán hacerlo, siempre y cuando ese dinero haya pasado por el tamiz de su legalidad, habiendo tributado todos los impuestos correspondientes y estar depositado en una cuenta bancaria. Lo que no sucedía cuando compraban en el mercado paralelo, el famoso dólar blue. Vendían en negro, algo usual y cuasi institucionalizado, y compraban los verdes a 14,15 y hasta 16 pesos, cuando el dólar oficial que no podían comprar no llegaba a 10 pesos.
Las finanzas de nuestro país están -lamentablemente- dolarizadas. Los campos se cotizan en dólares, los departamentos y el resto de las propiedades también, y en general todas las operaciones importantes se pactan en la moneda norteamericana. Así lo entiende también el gobierno, que ha hecho de la cuestión cambiaria una de sus banderas, acaso la más exitosa. El cepo tenía a una inmensa porción de argentinos con una sensación de ahogo insoportable.
Pues ahora que se ha levantado, sería saludable que con esa medida que es considerada justa por una mayoría, asuman una condición similar, y compren para atesorar, negociar o lo que fuere, con dinero que haya abonado todos los impuestos correspondientes, y no que deba estar en las penumbras de un cofre, cuando podría estar en los bancos, sirviendo para que otras personas puedan realizar actividades productivas a través del crédito.
El cepo es un instrumento de tortura. Liberarlo ha sido una medida inteligente al saber y entender de una inmensa y acaso mayoritaria porción de argentinos. Las medidas tomadas han causado beneplácito, pero hay pequeñas trabas legales que hacen al eterno vicio de vivir con una economía en negro. Y esas malas costumbres deben también ser combatidas.