Probablemente esta nota no le caiga bien a las personas muy mayores que conducen automotores, sea autos, camionetas y en mucha menor medida camiones. Que no son pocos precisamente.
El accidente ocurrido días pasados en la ruta 5 en el cual perdiera la vida una joven madre pasajera de una moto, la que fue atropellada por un auto conducido por un anciano de 84 años, nos lleva a realizar algunas reflexiones. La edad de dicho conductor supera, podríamos decir con cierta holgura, la expectativa de vida de los argentinos, que es de 77,5 años, las mujeres un 80,9 y los hombres 74,3, lo que lo coloca en una pequeñísima franja de quienes llegan a esa edad. Que afortunadamente en el caso que nos ocupa lo sorprende en pleno uso de sus facultades, al punto de que continúa ejerciendo su profesión de abogado, trabaja un campo de su propiedad y se dedica a la política habiendo sido candidato a Diputado Nacional por Cambiemos en las elecciones del 25 de octubre del cte. año.
Pero, 84 años, son 84 años… hay declinaciones en las personas de edad avanzada que tal vez sean poco perceptibles, pero existen, aunque claro está, la ley les permite conducir vehículos, siempre y cuando cumplan con los exámenes de aptitud previos al otorgamiento del carnet habilitante. Dicho conductor estaba legalmente habilitado para conducir cuando fue protagonista de dicho accidente.
Debemos dejar en claro que no quedó aún plenamente establecida la responsabilidad de los conductores, simplemente el motivo de la presente tiene por objeto el rogar que quienes tienen la responsabilidad de otorgar la licencia de conducir a personas de edad tan avanzada, lo hagan dando cumplimiento en forma estricta a los exámenes de aptitud mencionados, dado que no sólo le va la vida al conductor habilitado, sino también a las personas con las que eventualmente pudiera accidentarse.
No sería aventurado pensar que muchas licencias otorgadas a personas muy mayores, lo hayan sido dejando de lado algunas formalidades, sea por amistad, por contactos políticos u otras causas, lo que los coloca en esa franja oscura que abre la posibilidad a que ante situaciones delicadas que pueden presentarse en la vía pública o en las rutas cuando se conduce, dejen al descubierto una falta de aptitud que puede ser determinante de todo tipo de accidentes.
Hoy en día el tráfico por la calles y las rutas es muy intenso, lo que hace necesario que los conductores se encuentren en pleno dominio de sus facultades físicas y psíquicas.
No quisiéramos que leyendo esta nota se pretenda hacer una analogía con el cuestionamiento que se le hiciera al Juez de la Suprema Corte, Carlos Fayt de cuya idoneidad dudaron en algunos círculos del oficialismo gobernante, precisamente por su avanzada edad, 97 años. Las circunstancias son muy distintas. La comparación no tendría sentido.