La batalla no está ganada, ¡qué va a estar!, los casarenses seguimos tomando agua con arsénico. Tal vez en menor medida, pero la tan mentada planta de abatimiento de arsénico está muy lejos de dar el resultado esperado. La administración Scioli pese a los reclamos, notas periodísticas, denuncias y todo tipo de manifestaciones, no pudo solucionar el problema. ¿Podrá la gobernadora entrante María Eugenia Vidal?. Habrá que darle un tiempo y luego exigirle que solucione la dramática realidad que aflige a los casarenses y la zona. Los analisis una vez dan mejor, otras peor, pero siempre hay contenido de arsénico y algunas veces demasiado en el agua que tomamos, cocinamos y nos bañamos los casarenses. También se encuentran en dichos análisis otros elementos que dañan la salud, y derrames en la vía pública que contaminan el medio ambiente. Es de esperar por lo tanto que la señora gobernadora tome cartas en el asunto, y seguramente con su sensibilidad de mujer tome cuenta de los legítimos reclamos de nuestra población, y solucione en forma definitiva el problema que nos aqueja.