Indignado un vecino que debía hacer un trámite en un banco oficial le comentaba a El Oeste: «Fui a las 11 de la mañana y saqué un número, ya tenía 100 adelante. Volví a las 12 y tenía 60, fui a almorzar, me quedé mirando el noticiero de televisión hasta las 14 hs. y tenía 30 adelante. Volví a las 15,30 hs. y tuve que esperar media hora para que me llegue el turno. ¡Es una vergüenza!, no pueden tener únicamente dos cajas habilitadas».
Como ese ejemplo tal vez haya cientos, los clientes se eternizan en esperas interminables que los obligan a dejar de hacer sus tareas habituales, conviertiéndose cada trámite bancario en un verdadero drama que en lugar de solucionarse se agudiza cada día más.
Se dice que la solución está en habilitar más cajas, ¿por qué no lo hacen?. Si es por falta de personal deben aumentar la dotación, la clientela no tiene porqué padecer ese verdadero vía crucis, que -dicen- en otros pueblos vecinos no se da. No sabemos si es cierto, acostumbrados a escuchar que Trenque Lauquen es la Miami del Oeste, que en Pehuajó «no pasa eso», que en 9 de Julio un trámite bancario lleva minutos.
La pregunta del millón es ¿a quien quejarse?, los bancos son por lo general instituciones sordas, ciegas y mudas que se rigen por disposiciones, en los que la ingerencia de los gerentes es relativa para poder encontrar la solución a los problemas que se presentan. Si bien ellos son receptores de las críticas poco es lo que pueden hacer, las soluciones «vienen de arriba», y «arriba» no parecen demasiado dispuestos a aumentar el personal necesario para que la atención sea rápida y eficiente.
Y una vez más tenemos que caer en el lugar común de pedirle a las autoridades municipales que gestionen ante los bancos la toma de medidas para que la problemática actual se revierta con beneficio a la clientela, que dicho sea de paso, paga hasta el más mínimo trámite que realiza.