Una tragedia que debe concientizar a muchos vecinos
No necesariamente debe ocurrir una tragedia para que nos demos cuenta que con la electricidad y con el gas, por citar dos ejemplos, no se juega. Lo ocurrido en la localidad de Hortensia, con la pérdida de una preciosa vida por electrocución, se estima que mucho tiene que ver con la falta de previsiones, ya sea en cuanto al manejo de artefactos eléctricos, cables, toma corriente y enchufes, como también en la precariedad de algunas instalaciones eléctricas y el mal uso de elementos como alargues, luces portátiles y otros.
El uso y la costumbre hacen que se dejen de lado ciertos cuidados que se deben tener en la manipulación de elementos eléctricos, que sometidos al desgaste del tiempo y su uso, muestran deterioros que pueden conducir a accidentes graves y en muchos casos fatales. Son numerosas las viviendas cuyas instalaciones eléctricas se muestran defectuosas, con cables al aire libre a riesgo de pelarse, tomas corriente rotos con cables a la vista, al igual que enchufes en mal estado y la falta de disyuntores que corten la energía ante una emergencia.
Cuando se relajan los cuidados, cuando no se respetan las normas básicas de seguridad, sobrevienen los accidentes fatales como el que ocurriera días pasados en Hortensia.
Prevenir es la palabra, y en el caso de las instalaciones eléctricas vigilar que estas no presenten problemas, que tanto los cables, como los tomas y las distintas bocas donde se distribuye el suministro se encuentren en buen estado. Lo mismo con los artefactos, sus cables y enchufes, también causantes de accidentes llamados «caseros» que suelen costar vidas.
Un control de dichas instalaciones y los artefactos eléctricos, evitaría consecuencias que luego se deben lamentar.