Con gesto de antiguo vecino, le brindo mi abrazo de amigo.
Se llamaba Rodolfo Alberto Martinez, le decían Cacho y se bebió la vida del vino del fútbol, saboreando glorias, con placer, despacio, con gusto a pasiones, con gritos de goles, con calor de abrazo…Se llamaba Rodolfo Alberto Martinez, le decían Cacho…
Tal vez hasta la sangre tenía de verde por su Deportivo que fuera su guía, pero todo el fútbol, ya sin banderías, le daba color de sol a sus días y ese sol de sueños, gloriosa divisa, vestido de goles, se volvió sonrisa…
Buscando un remanso, un puerto de dicha, en donde su barca no fuera deriva y encontrara un puerto con soles de vida, la encontró con nombre de Hada Madrina, para acompañarlo y ser su guía….Dulce compañera que se llama Alicia. Y el Angel del Cielo, que llaman Destino, adornó su senda con amor e hijos, y Dardo, Hernán, (que heredó su pasión y oficio) y Ana Delia, pusieron mariposas sobre su camino, para que la vida tuviera sentido…
Si bien el deporte fue norte y bandera de su andar tranquilo,
fue con su trabajo, junto con su esposa, que crió a sus hijos, y desde los tiempos del Banco del Oeste, o en el Municipio, allá en “la Dorrego”, construyó su nido…
Y el andar del tiempo lo llevó despacio, andando caminos y ya jubilado, veía pasar los días con paso tranquilo, hablando de fútbol, haciendo las compras y en charlas de amigos. Pero un día el destino, que espera un algún meandro del caudal del río de la existencia misma, se anunció sombrío y empezó su marcha de postrer camino….
Tenía setenta y un años, y un siglo de sueños que no había vivido, y un quince de febrero, cuando en el horizonte el verano brindaba calor al estío, terminó para Cacho su último partido. Fue dolor y pena, para sus queridos, pero él como pelota que besa la red en un gol olímpico, se fue con la mueca del deber cumplido, aún con tiempo para seguir un ratito, pero el árbitro que llaman Destino, señaló el final de su postrer partido…
Se llamaba Rodolfo Alberto Martinez, le decían Cacho y en un gesto de antiguo vecino, le brindo el afecto de mi abrazo de amigo.
- D. O.