Nunca tanto como en estos tiempos el periodismo ha sido cuestionado, ya sea por su función militante y en algunos casos determinante de acciones políticas, como también por su complicidad en operaciones de prensa como en su genuflexión a aquellos que con sus pautas publicitarias los han usado para sus fines políticos. También los periodistas contribuyeron a sobredimensionar ese fenómeno, creando una grieta que se ventila en cuanto programa televisivo o radial se emite como también en los grandes y pequeños medios.
Pero no todo está perdido, el periodismo, aunque bastardeado hasta el hartazgo, también sabe cumplir con sus preceptos, convirtiéndose en la voz de los que no tienen voz, a fin de encausar sus acciones hacia el bien común, intentando desde la denuncia y la investigación corregir conductas y acciones a fin de lograr que la armonía y el bien común primen en nuestra sociedad.
Días pasados con motivo del anuncio de la designación de un nuevo párroco en la parroquia Ntra. Sra. del Carmen, el padre Gustavo Sosa titular de la parroquia de Salliqueló, quisimos obtener una imagen suya y conocer algunos aspectos de su trabajo en dicha parroquia, por lo cual investigamos en medios de esa localidad en búsqueda de hallar esos elementos. Y tamaña fue nuestra sorpresa cuando en un medio digital de Salliqueló además de hallar la fotografía que buscábamos, nos detuvimos en declaraciones periodísticas relacionadas a su traslado y en especial a Carlos Casares, en las cuales hacía comentarios completamente desafortunados e inexactos relacionados a la grey católica y a la comunidad judía casarense. Dichos comentarios, producto de una mala información, fueron reproducidos en nuestras páginas, manifestando nuestra extrañeza, a la vez que hacíamos resaltar las excelentes relaciones existentes entre quienes profesan ambos cultos y corregíamos las inexactitudes mencionadas.
Los dichos del padre Sosa causaron malestar y desagrado en la comunidad judía local, varios de cuyos integrantes mantuvieron una conversación con el párroco aún en funciones Juan Pellegrino, quien seguramente dio cuenta al obispo de la diócesis de 9 de Julio Monseñor Ariel Torrado Mosconi, quién días más tarde viajó a esta ciudad para reunirse con miembros del judaismo local. Como corolario de dicha reunión el alto prelado decidió revocar la designación del padre Sosa y en su lugar designar a quien ya se ha hecho cargo de nuestra parroquia, el padre Juan Justo Cariz «Yoni».
Todo esto no hace más que demostrar que el periodismo puede y debe ser usado para fines nobles en lugar de servir a intereses mezquinos y ajenos a sus verdaderas funciones. Un pequeño trabajo de investigación evitó males mayores, en un tema tan sensible como la designación de un mandatario religioso que en comunidades pequeñas como la nuestra, cobra una importancia significativa.