Por sobre las causales esgrimidas para decidir el traslado de los servicios del Centro Materno Infantil al Hospital Municipal, de las cuales su ex-director Dr. Juan Vicuña se encargó de enumerar en su muro de facebook, y que encierran una lógica que parece irrebatible, es innegable que tal decisión ha motivado no pocas resistencias por parte de los vecinos. No son quejas formales que resuman posiciones colectivas, pero subyace en las mismas cierto descontento por entender que el CM era una institución que funcionaba muy bien, a la que acudían no sólo madres en situación de parto, sino muchísimos vecinos que llevaban allí a sus hijos ante emergencias o situaciones de salud de cualquier tipo, reconociendo la disposición del personal y la excelente atención de los profesionales. También dejaban explícitamente sentado en sus quejas que el hecho de encontrarse dicho Centro en el radio céntrico de la ciudad, facilitaba el traslado rápido ante una emergencia, a la par que resultaba mucho más económico y práctico que trasladarse al hospital.
También a nivel del personal trascendió que existía un descontento manifiesto, pero debían aceptar por razones de disciplina laboral la nueva decisión.
Todo cambio implica un tiempo de adaptación, y si es para mejor bienvenido sea, pero la costumbre y en muchos casos el afecto que se le tiene a las instituciones, crea una suerte de negación que va mucho más allá de los fundamentos y las razones que motivan dicho cambio. Desde su creación allá por los años ´40, más precisamente en 1943, el Centro Materno Infantil ha sido una institución ejemplar, que tuvo a reconocidos profesionales al frente del mismo, los que con desinterés, vocación y verdadero amor por su profesión le dieron un aura que aún hoy conserva, en la que no estuvo ausente ni su personal ni el valioso auxilio que le prestara el Club de Madres.
Estimamos que con el tiempo y si realmente se aprecia que el cambio producido le agrega excelencia a la atención de la madre y el niño, esas resistencias que hoy se ven, desaparecerán para poner al Centro Materno en el lugar de los buenos recuerdos, merecedor del agradecimiento eterno por los buenos servicios prestados.
