De acuerdo a una nota que publicáramos en su oportunidad, el edificio de la Estación de Mauricio Hirsch, pertenencia de los vecinos Mauricio Neil y Bettina Destéfanis ha sido reparado y puesto en condiciones con el objetivo de ofrecerlo como alojamiento a todos quienes deseen compartir y disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad.
Los trabajos en la estación continuaron sin pausa en todo el hermoso predio, y lejos estaban de imaginar Mauricio y Bettina que una sorpresa mayúscula los estaba esperando.
Cuando estaban levantando la pileta se encuentran con varias botellas que les llamó mucho la atención, ya que las mismas databan de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, en las cuales se podía leer Agua de Rubinat, un agua que era famosa en toda Europa…
Pero que mejor que el Sr. Mauricio Neil nos relate qué sucedió después:
“Al encontrar la botella, empecé a averiguar en Internet sobre las mismas. Allí encontré una página que hablaba de la milagrosa Agua de Rubinat, en la cual relaté lo que me había ocurrido. Este comentario que hice en dicha página lo leyó Laura Puig, redactora de la revista ONDARA, quien me contactó a través de Facebook donde me expresó estar muy interesada en el tema y que le amplie el relato porque los iba a publicar en la revista ONDARA, que se edita en Catalán para la zona de donde se extraía el Agua de Rubinat y hace pocos días ya recibimos un ejemplar de la revista con un artículo muy lindo sobre este tema.”
A continuación publicamos el mencionado artículo con fotos de la estación y otras, publicado en la revista ONDARA. Como puede apreciarse el hallazgo en tierra de Mauricio Hirsch, ha tenido repercusión internacional…
Nos gusta, de vez en cuando contaros curiosidades que guardan relación con el Valle del Ondara y si, además son rarezas con un aire universal y que ejemplifican con nombres y apellidos lo que tantas veces hemos explicado, todavía nos gusta mas. En esta ocasión nos referimos a la historia de una botella de Agua de Rubinat, una de millar que salieron del pozo Cardona y que viajó por tierra final llegar a su destino; en este caso, en la lejana Pampa Argentina.
La historia la coprota-gonizan en Mauricio Neil, un argentino que encarna todos los tópicos que conocemos los argentinos: un hombre con carácter, bella oratoria y pasión por el fútbol (seguidor del Club Atlético Independiente de Avellaneda); y una vieja estación de trenes abandonada cerca de Buenos Aires que comparte nombre, pero no apellido: la Estación Mauricio Hirsch.