CUENTO DEL TÍO: FALTA LO MÁS IMPORTANTE El entregador está entre nosotros

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La comunidad aún no sale de su estupor luego del hecho delictivo que bajo la modalidad de «El Cuento del Tío», fue perpetrado el martes por la mañana y a su vez fue fallido otro intento que por la perspicacia de la víctima no llegó a consumarse.

El llamado de un hijo, la vulnerabilidad de una anciana y un maldito delincuente que llama a su puerta y la despoja de todos sus ahorros. Un crimen que no tiene perdón, como si esos execrables sujetos no tuvieran madre.

El hecho ocurrió, y se debe reconocer que la policía actuó con rapidez y eficiencia. Pero por sobre el éxito de la investigación, la detención de los malvivientes y el recupero del dinero sustraído, creemos que falta lo principal, LA CONEXIÓN CASARENSE. El entregador local, un delincuente aún de peor laya que los que cometieron el delito. Un miserable entre las sombras que proporciona datos precisos para que sus cómplices tengan el terreno allanado.

 

UN PLAN PERFECTO

 

Conocían y lo que es peor conocen cuales son aquellas ancianas (por lo general eligen a mujeres solas de avanzada edad) que puede tener ahorros en su poder, sus domicilios, números telefónicos, la identidad y nombre de sus hijos u otros familiares, lo que les permite trazar un plan perfecto que por lo general da resultado.

Debemos acotar que lo sucedido con la anciana de la calle H. Yrigoyen tuvo un antecedente previo. Otra anciana, impedida de movilizarse pero por suerte muy lúcida fue elegida como la primera víctima, pero distintas circunstancias hicieron que el intento fracasara, aunque igualmente sus familiares se movilizaron con energía marcando su presencia en sede judicial para reclamar airadamente una inmediata investigación, poniendo en conocimiento a la jefatura local de lo sucedido. Puede decirse que ese fue el disparador (la policía había hecho una advertencia a los medios sobre delitos de ese tipo cometidos en ciudades vecinas) para que de inmediato se trazara una suerte de operativo policial con colaboración de distintas fuerzas, a fin de detectar la presencia de los delincuentes si es que aún se encontraban en Casares.

 

ESTABAN COMETIENDO

OTRO HECHO

 

Y no se habían ido esos malnacidos, es probable que cuando la policía detectó a uno de los buscados, el otro estaba intentando de despojar de sus ahorros a pocos metros de ahí, a una conocida y querida vecina de la calle Yrigoyen. Lo vieron salir de su casa y seguramente el delincuente vio a su vez a la policía deteniendo a su cómplice, razón por la cual arrojó la bolsa con el dinero    ($ 60.000) en la caja de una camioneta estacionada frente a la casa de su víctima. Lo que sucedió después es conocido, dicho sujeto fue aprehendido en la ruta cuando intentaba hacer dedo para darse a la fuga.

 

EL ENTREGADOR ENTRE NOSOTROS

 

No cabe duda alguna que el tercer delincuente, el peor de todos goza de plena libertad y está entre nosotros. Es el entregador, el que proporcionó todos los datos para que sus cómplices pudieran cometer el atraco. El foco de la investigación debe centrarse en ubicar a quien desde las sombras planea estos hechos contando con todos los elementos que le hacen fácil la tarea a los otros malhechores.

Existe mucha indignación en los vecinos, algunos de los cuales lo manifiestan abiertamente y se han acercado a nuestra redacción para pedirnos que machaquemos sobre la necesidad de investigar quién es el Judas que está entre nosotros, desenmascararlo y que vaya a parar con sus huesos a la cárcel.

 

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