Los últimos días apretó fuerte el frío, con temperaturas que en tiempos pasados obligaban al encendido de las estufas a gas o eléctricas. Decimos en tiempos pasados por la realidad actual, ante la desmedida suba de las tarifas del gas y eléctricas, a los vecinos de las clases más castigadas les da más chucho el encender los calefactores que las bajas temperaturas. Es así que en muchos hogares prefieren pasar un poco de frío antes de afrontar las facturas que presumen serán infartantes. Se estima que dichas facturas ahora vendrán de cuatro dígitos, más del triple o cuádruple de las del invierno pasado, por lo que la única manera de ahorrar es encender menos horas los artefactos, aunque en casita haya que estar abrigado y dormir con la bolsa de agua caliente.
Aunque si nos atenemos a la realidad, para alimentar una cuota de humor, en el extremo sur de Lázaro Báez y Cristina Kirchner, allá en la lejana Patagonia, el ambiente nunca estuvo tan caliente como ahora…