ASOMBRO, PERPLEJIDAD E INDIGNACIÓN La corrupción fue tanta que no sabían que hacer con los millones de dólares que habían robado

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Así como los actos terroristas están sumiendo al mundo en el pánico, el terror y la incertidumbre, a tal punto de que ya no existe ningún lugar seguro en el mundo, los actos de corrupción que se destapan en nuestro país causan asombro, perplejidad e indignación en el seno de la comunidad, atento a la impunidad conque se manejaron, robando más de lo que podían gastar ellos y toda su familia en el resto de sus vidas. Si la obscenidad de La Rosadita, viendo contar millones de dólares a un hijo de Lázaro Báez, su contador y otras personas, pasó a ser un ícono de la corrupción en el gobierno anterior, lo ocurrido el martes ppdo. con José López, el segundo del ex-ministro Julio de Vido, entra ya en el campo de la comedia delictiva, porque ver que alguien arroja en los terrenos de un monasterio millones de dólares y reconociendo que los había robado manifiesta que su intención era donarlo a las monjas, o bien pretende ser un émulo fantochesco de Robin Hood, o es un tarado de marca mayor que antes de que un allanamiento lo sorprenda con esos millones en su casa, pretendió lavar su conciencia con una donación a las monjas.

Estos personajes que ayer eran un don nadie han saqueado a la Argentina, mientras el pueblo hace milagros para poder llegar a fin de mes y satisfacer sus necesidades mínimas. ¿Necesita la justicia demasiada investigación, testimonios y comprobaciones para actuar con celeridad y mostrarle al país y al mundo que estos sabandijas no merecen más ver la luz del día?.

Decíamos al titular la presente que una gran parte del pueblo no sale de su asombro, y es verdad, porque hasta aquellos que se alzaron contra el gobierno anterior denunciando sus usinas de corrupción, no imaginaban seguramente acciones tan burdas, propias de quienes se creen impunes, generando hechos tragicómicos como el que acaba de ocurrir.

Todo indicaría que hay muchas ollas a punto de destaparse, y es de esperar que se destapen cuanto antes. Que las investigaciones se aceleren, que la justicia aplique la ley con el máximo rigor, y que de una buena vez quienes manejan los destinos del país, lo hagan con honestidad y eficiencia, porque si bien el país parece aguantar, los argentinos ya no damos más.

 

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