Al salir del encuentro el jefe comunal dijo: «Fue una reunión muy positiva, es un placer hablar con la gobernadora, compartimos la intención de trabajar juntos».
Al periplo platense de reuniones del intendente Torchio con ministros, secretarios, subsecretarios y funcionarios de distinto rango del gobierno bonaerense, le faltaba la frutilla del postre. Una reunión del intendente casarense con la gobernadora María Eugenia Vidal, y ésta se dio el miércoles ppdo. en la sede del Banco de la Provincia de Capital. El encuentro fue cordial, se trataron temas que atañen a la provincia y en especial a Carlos Casares, encontrando Torchio una gran disposición en la primera mandataria para dar cumplimiento a los distintos compromisos asumidos para la obra pública casarense. Torchio le pidió el dinero adeudado y puso especial énfasis en importantes obras como viviendas, fondos para el Centro de Nefrología y otras obras en marcha, no ocultando su preocupación por el impacto que el aumento de las tarifas está causando en las economías de las clases medias y las menos pudientes.
La gobernadora ante una solicitud del jefe comunal dejó abierta la posibilidad de visitar Carlos Casares para la próxima Fiesta del Girasol.
El intendente se mostró agradecido por la deferencia de la gobernadora de recibirlo y manifestar su disposición en satisfacer sus pedidos. «Fue una reunión muy positiva, es un placer hablar con la gobernadora, con la cual compartimos la intención de trabajar juntos».
LAS MOSCAS BUSCAN LA MIEL…
Si bien el intendente Torchio fue muy cauto en sus declaraciones, no apartándose de su informe de prensa, todo indicaría que la charla tuvo por momentos un nivel político, al intentar la primera mandataria seducir políticamente a WT, tentándolo a que se sume al proyecto de Cambiemos, destacando lo importante que sería para su proyecto el contar con un intendente de los quilates del casarense. Torchio habría agradecido amablemente el convite, pero estima que su visión política sigue siendo crítica hacia el actual gobierno, por lo que si aceptara el ofrecimiento estaría borrando con el codo lo que escribió con la mano.
