La presentación del Mago Black fue una ofensa al buen gusto, usó un idioma procaz, ofendió a una comunidad de la cual se burló y ridiculizó, usando términos vulgares e insultantes para con el público presente. Lamentable.
ebemos dejar aclarado que el propietario del restaurante del Gran Hotel donde se presentó el aludido Mago, está eximido de toda responsabilidad, fue su intención en una fecha tan particular como el Día del Amigo, en sumar a tan grata velada un entretenimiento artístico, en este caso el Mago Black, conocido y reconocido porque supo actuar en los programas de Susana Giménez.
Pero el Mago Black decepcionó, su rutina fue chabacana y de mal gusto, con una verdadera catarata de improperios, en un idioma procaz e insultante, refiriéndose a los asistentes con adjetivos ofensivos en los que predominaba la burla, dejándolos al borde del ridículo. Además , y nadie sabía por qué, se refirió a la comunidad china despectivamente, desgranando hacia ellos una suerte de adjetivos desagradables y discriminatorios.
No era ese el Mago Black que animaba un pasaje del programa de Susana Giménez, el que vimos estaba excitado, se refería al público como que todos eran p……., b…….., a una mujer llegó a decirle c…….., otros eran trolos o borrachos, en una sucesión de bromas de mal gusto que por supuesto algunos le festejaban.
Es una lástima que personas que han llegado a ser conocidos por sus actitudes artísticas, salgan de gira con rutinas vulgares en las que pareciera que si no van pobladas de malas palabras no son graciosas.
Se le reconoce al Mago Black excelentes condiciones como tal, ¿a que se debe entonces que sufra una transformación tan negativa cuando sale de gira?.
Una experiencia similar se vivió tiempo atrás en la actuación del conocido cómico y cuentista Jorge Corona, en el teatro Verdi, cuando en un desafortunado sketch, viendo en la platea a un conocido vecino de avanzada edad, se refirió a él como que ya estaba del otro lado de la vida, que le quedaba muy poco…
No vamos a quedarnos con el prejuicio de que esas cosas sólo las hacen o las dicen en comunidades pequeñas o «del campo» como las nuestras. Muy por el contrario son moneda corriente en lugares de café concert, pubs y fiestas de todo tipo. Lo que no quita que en muchas personas provoquen rechazo y las califiquen como patéticas.