LOS RESPONSABLES DE LA AGRESION HAN SIDO IDENTIFICADOS CON EL APORTE DE LAS CÁMARAS DE SEGURIDAD DEL BOLICHE.
EN CUALQUIER MOMENTO PODRÍAN SER DETENIDOS.
¿Qué les pasa a los jóvenes que viven peleando, se muelen a trompadas y terminan en el hospital con serias lesiones?. Alcohol, drogas, ¿qué es lo que toman?. Las batallas campales los fines de semana a la salida de los locales nocturnos son cosa de todos los días. Barritas se trenzan entre sí y con una saña brutal sin medir consecuencia alguna. No importan los motivos, la cuestión es pelear, matarse a trompadas, y cuando decimos «matarse», no sería extraño que cualquier día maten a alguno, porque se golpean y patean de tal manera que puede ocurrir.
LE FRACTURARON EL MAXILAR Y LE VOLARON LOS DIENTES
Días pasados, en la madrugada del sábado a un joven que fue identificado como Luis Uriarte, de 18 años, le dieron tamaña paliza que terminó en el hospital con la boca destrozada. Le ocasionaron la fractura del maxilar (lesión considerada grave), le volaron cuatro o cinco piezas dentales y lo lesionaron de tal manera que fue necesario derivarlo a un establecimiento asistencial especializado donde hubo que practicarle una intervención quirúrgica, a la que luego debe seguirle otra en la que le coloquen una prótesis especial. La policía hasta el momento no brindo información, pero se sabe que estaba avocada a la investigación, habiendo ya identificado a los agresores del joven mencionado, con la ayuda de testimonios y de las cámaras de la bailable Sin City donde tuvo lugar el incidente. Todo indica, por testimonios recogidos, que Uriarte y otras personas discutieron mal en el interior del boliche y que fueron expulsados al exterior por el personal de seguridad. Pero la pelea siguió afuera, con el saldo que hemos comentado.
LA DROGA CORRE COMO NUNCA
Se sabe, y es un secreto a voces que cada vez corre más la droga, no sólo marihuana sino también cocaína y alguna otra porquería a la que le dicen «droga de diseño», que no sólo la consumen los jóvenes sino también adultos de mediana edad y buena posición, muchos de ellos haciendo gala de que son consumidores sociales cuando en realidad son igual de drogones que aquel que roba o se gasta su sueldo para procurarse «yerba» o «blanca» como le dicen.
El tema es preocupante, no se reduce a los chicos que fuman porros en las plazas en la oscuridad de la noche, sino a la droga que se cala en todas partes, sean de esparcimiento nocturno, fiestas privadas, fumatas y otros lugares en los que es impensable que pueda darse. El mensaje es el de siempre: cuidar, vigilar, investigar, y en los hogares hacerse cargo que la droga es como un reguero de pólvora, que no están libres sus hijos, que se expande de una manera increíble, y que cuando quieran acordar el problema está en casa. Para pensar y hacer, no queda otra.