La belleza, el encanto y la simpatía no son patrimonio de ninguna profesión. Pero si esas cualidades se concentran en una profesional peluquera, debemos reconocer que todo en ella está en sintonía con su trabajo, que es el de embellecer, agradar y seducir.
María de los Ángeles Cabalcagaray, más conocida por «Marita» es nuestra entrevistada de hoy. Peluquera por vocación, según ella lo reconoce, accede gustosa a nuestro reportaje:
-Las clientes son exigentes, pretenden que el peluquero este al día con los últimos cortes y las tendencias?
-Las mujeres casarenses son osadas con las modas en materia de peluquería o son clásicas?
-Ambas preguntas están muy relacionadas entre sí, debido a que los cortes y peinados no siempre están asociados a las tendencias, sino que dependen de la clienta, de su personalidad. Suelen solicitar una opinión, acerca de que corte les quedaría mejor, como así también se las asesora, acerca de qué coloración quedaría mejor para su cabello. Generalmente ya traen una idea de qué hacerse, o le dan continuidad al estilo que ya tienen. Tiene que ver más con que las clientas se sienten confortables con su corte, con captar la esencia de la persona y combinarlo con la practicidad del poder arreglarlo en el día a día, la mujer de hoy es muy activa y funcional y necesita un corte que también le funcione para estar lista, linda y arreglada en todo momento.
– Las mujeres solo concurren a la peluquería cuando tienen alguna fiesta o evento determinado, o lo hacen habitualmente?
– Depende de las generaciones, pero en su mayoría las clientas concurren habitualmente. Suelen reservar turno cada mes, posterior al corte o color realizado. En los eventos se utiliza mucho una preparación previa ya sea preparación de la piel, manos, pies, pruebas de maquillaje, prueba de peinado. Un evento es un combo de detalles a determinar cuidadosamente para que la persona se sienta realizada y satisfecha con su elección.
– ¿Como se inició en la profesión?
– Desde muy pequeña, tenía 13 años, al finalizar la escuela primaria ya sabía que mi vocación estaba en la peluquería, fue entonces que comencé este largo recorrido de capacitación que nunca termina, es una profesión maravillosa que se renueva constantemente. En un principio fui empleada en la ciudad de La Plata y luego vine a vivir a Carlos Casares. Abrí mi peluquería en el living de mi casa, mis primeras clientas fueron las vecinas del barrio y poco a poco fui conociendo gente nueva y ganando la confianza de la gente.
– Las peluquerías de damas tienen fama de que allí todo se comenta, todo se sabe, las últimas noticias están siempre a la orden del día ¿Es cierto?.
– La verdad que eso forma parte de un mito establecido, que nada tiene de cierto, la peluquería es más un lugar de relax, donde la clienta se toma su momento para dedicárselo pura y exclusivamente a ella, trato de crear un ambiente agradable propicio para que esto pueda darse.
– Recuerda alguna anécdota curiosa?
La verdad que no se me viene ninguna anécdota curiosa, pero si puedo decir que he tenido miles de momentos lindos, tengo una clientela muy especial que me reconfortan el día a día.
– Atiende a hombres también, ellos no se sienten avergonzados de estar allí con mujeres?.
– En mi peluquería asisten tanto mujeres, niños y hombres, de sentir vergüenza los hombres de compartir el salón con mujeres creo que no me elegirían, no obstante traté de organizar el salón generando distintos espacios físicos donde cada cliente tenga su privacidad.
– Hay competencias entre peluqueras, tienen buena relación como colegas?
– De mi parte hay buena relación con mis colegas, solemos realizar viajes y coordinar eventos. Creo que cada uno tiene su estilo, eso es respetable y admirable, somos todos diferentes y es necesario, ofrecer variedad para satisfacer una clientela tan variada ¿no?. Hay mucho respeto entre nosotros por lo menos así lo siento yo.
– A Ud. quien le atiende el cabello?.
– Generalmente, suelo tratarme yo misma el cabello.
- de la R.: Nos quedó picando lo del «mito» no cierto de que en la peluquería de mujeres se sabe todo y se habla de todos… Por algo se dice que es la usina de los comentarios, pero si Marita dice que es un «mito», así debe ser.