Ayer en horas de la mañana la policía local acudió a un llamado de la calle Soler 179, domicilio de la vecina Emilse Noelia Grassi, de 76 años, a quien su hija halló muerta en la bañera semisumergida. La señora vivía sola y todas las mañanas iba una mujer a realizar la limpieza. Ayer fue como de costumbre y encontró la puerta cerrada, llamó en repetidas oportunidades y como no le contestaban le avisó a una hija de la mujer que algo debía haberle pasado porque no le abría la puerta. La hija abrió con una llave que ella tenía y tras buscar a su madre la encontró sin vida en el baño. Si bien todo indicaba que la muerte había sido por ahogamiento el médico de policía que le realizó la autopsia certificó precisamente que el deceso se produjo por asfixia por inmersión. La casa estaba en perfecto orden y nada hacía pensar en un suicidio, como tampoco en un acto delictivo. Tanto las personas que la conocían, como la mujer que limpiaba y su propia hija sostienen que la mujer estaba perfectamente bien, tanto física como psicológicamente, por lo que sólo cabe pensar que ha tenido un desmayo o caída, sumergiéndose en el agua de la bañera.