El intendente Torchio se fue el 11 de agosto de vacaciones y teóricamente su licencia por 23 días vencía hoy 3 de septiembre. 23 días que parecieron una eternidad, en los que políticamente pasó de todo, no así en el ámbito municipal donde el desarrollo con el interinato del ing. Daniel Stadnik, fue absolutamente normal.
LE BOCHARON EL CANDIDATO
Pero en esos días el candidato del intendente Torchio a Inspector Jefe Distrital Pablo Castilla fue desestimado pese a que había sido puesto precariamente en funciones, y nombrada por el ministerio la docente Aracelli Obón. En presencia de Torchio difícilmente se hubiera dado el papelón de que Castilla ocupe el despacho del Inspector Jefe sin haber sido designado oficialmente. Fue ese sin duda un revés político para el Jefe comunal, que aún a la distancia, al enterarse del tema debe haber tomado debida cuenta de que la gente de Cambiemos quiere poner a su propia gente, y que en realidad poco les importa algunos códigos o costumbres políticas por los cuales la nominación del Inspector Jefe Distrital era compatible con la gestión municipal.
UNA FACTURITA DE SU GENTE EN EL CONCEJO…
Otro tema que podría haber pasado desapercibido tiene que ver con un proyecto suscripto por el bloque oficialista, en el cual se le pide a la comuna que además de gestionar ante ABSA el mantenimiento del servicio cloacal, que mantenga las calles y recolecte los residuos, en un claro tirón de orejas de los propios pares de Torchio al municipio por la mala prestación de esos servicios. En su descargo manifestaron que el proyecto era autoría del concejal Sergio Carciofi, pero sin duda lo apoyaron.
LA BOMBITA QUE TIRÓ EL AVIADOR
Y por último el revuelo que causó la designación del concejal (FpV – PJ) Pablo Gorosito como Secretario de Hacienda y Finanzas de la Municipalidad de La Plata (Cambiemos). Hubo reuniones en el partido, repudios, manifestaciones públicas en contra, lo que permite suponer que esperan que el intendente Torchio exprese su opinión al respecto y eventualmente mueva alguna ficha.
Está visto que en política el pretender salir de plácidas y reparadoras vacaciones puede deportar al regreso cuotas de estrés inimaginables que borran de un cachetazo los placeres vividos.