Se observa una rebeldía y una indignación generalizada de los vecinos usuarios de ABSA por la llegada de las facturas con aumentos descomunales en relación a las anteriores.
La gente se niega a pagar, otros lo hacen por miedo a cobros judiciales y que luego tengan que pagar mucho más, pero todos coinciden en que el servicio de agua es pésimo, la mayoría de las horas del día sale apenas un chorrito, el agua ni por casualidad sube a los tanques, no es potable y el servicio de cloacas es totalmente deficiente. Se observan derrames y un pútrido olor asquea a los vecinos. Y todavía se dan el lujo de aumentar el servicio como si fuera premium.
La gobernadora Vidal debía saberlo y no permitir el aumento siendo el servicio tan malo. Pero bueno, es siempre la misma película, esté Scioli, Vidal o montoto, los usuarios somos corderos, o como se decía antes, el último orejón del tarro.