ESTA VEZ LA RAZÓN FUE PORQUE UN HIJO SUYO TENÍA FIEBRE Y VÓMITOS, POR LO QUE SU CONDICIÓN DE MADRE PUDO MÁS.
Nuevamente, y creemos que es la cuarta vez que lo anuncia, la gobernadora María Eugenia Vidal suspendió su visita a Casares, en una maratónica gira que incluía a Pehuajó y a Guaminí. Ya habían adelantado de protocolo de la gobernación que la mandataria apenas iba a estar una hora en nuestra ciudad, tiempo como para saludar al intendente, visitar alguna obra y dar las hurras para partir rumbo a Pehuajó. Una visita de médico, como se dice, que poco y nada puede representar para los casarenses, especialmente aquellos que querían verla, estrechar su mano y por qué no, como se acostumbra, entregarle alguna carta y las instituciones hacerle algún pedido. Incluso desde protocolo plantearon exigencias más acorde con la seguridad, como por ejemplo que de visitar el hospital lo hiciera acompañada solamente del Director, como si se quisiera evitar su contacto con funcionarios, médicos, enfermeras y seguramente muchos vecinos que se hubieran dado cita en el lugar para conocerla «en vivo».
CON EL INTENDENTE TORCHIO
Resignado el intendente, ante una consulta de El Oeste explicó que la razón de que Vidal abortara su visita se debía a que un hijo suyo estaba con fiebre y vómitos, por lo que anteponiendo su condición de madre había decidido dedicarse a su cuidado. Nos decía Torchio que una visita tan acotada iba a dejar gusto a poco, ya que lo esencial para un mandatario, tal el caso de la gobernadora, es mantener contacto con su pueblo, tanto sus muchos votantes como aquellos que sin haberla votado hubieran querido conocerla. «Prefiero que venga para la Fiesta del Girasol, allí seguramente será distinto, su visita podría ser más prolongada, participar de los actos y mantener contacto con los vecinos y visitantes. La gente de ceremonial me llamó para presentar las disculpas por la cancelación, por lo que aproveché para manifestar que si deseaba venir lo hiciera, de ser posible, para la Fiesta del Girasol».
