¿Cómo debe interpretarse la informalidad de la gobernadora?

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No es grato calificar en este espacio la actitud de una importante funcionaria como la gobernadora de Buenos Aires. Máxime cuando más de la mitad de los vecinos casarenses la eligieron al momento de votar. ¿Pero acaso debemos aceptar su informalidad como algo habitual, o estimar que se trata de una desconsideración para con nuestra comunidad?.

En tres o cuatro oportunidades desde la gobernación fue anunciada la visita de la mandataria a nuestra ciudad. Dicha visita respondía por un lado a promesas que le hiciera al intendente municipal y por el otro al programa de visitas de la citada funcionaria a todos los partidos del territorio bonaerense. Ninguno de los anuncios pudo concretarse, por una u otra razón las visitas fueron suspendidas, dejando la sensación de que no eran lo suficientemente importantes y por lo tanto ante el mínimo inconveniente podían ser canceladas.

La llegada de un gobernador o un presidente a Carlos Casares no es un hecho común y menos aún habitual. Ello amerita preparativos y por sobre todo expectativas, tanto a nivel de sus partidarios y votantes, como de la ciudadanía en general. En estas pequeñas comunidades un tanto alejadas del poder central, mueve a interés el ver de cerca, tal vez estrecharle la mano o escuchar en vivo sus palabras. Los vecinos -en el caso de la gobernadora Vidal- enterados de su presencia seguramente hubieran ido a verla. Ella por ser mujer, y ocupar un cargo tan alto, concita un interés mayor. Queda para el después el comentar si es linda, agradable, simpática o antipática. Si aquí la votaron tantos, es porque la consideran capaz de llevar adelante los destinos de nuestra provincia.

Tal vez lo suyo no sea un desaire y tenga más bien que ver con la remanida frase «compromisos ajenos a mi voluntad…», excusa que no siempre es aceptada, salvo para justificar el hecho de que los políticos  incumplen a diario con las promesas que le formulan a la ciudadanía.

Pero, atento a que se trata de una dama, por cierto bella y simpática, que ha emprendido una tarea descomunal por lo compleja y difícil, le vamos a dar el crédito de seguir participando…

 

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