La suspensión de certámenes de belleza por entender que de esa manera se evita considerar a la mujer como un objeto, en el marco de la lucha contra la violencia de género, pareciera una exageración. Los certámenes de belleza son un hecho trascendental en fiestas populares que como la del Girasol lejos se está de suponer que conllevan a la cosificación de la mujer y que las mismas pueden llegar a impulsar a la violencia contra ellas.
Sabido es que son muchísimas las chicas que anhelan presentarse en dichos certámenes o concursos, como así también se observa el estímulo de sus familias para que lo hagan, las instituciones que las eligen y toda una movida en torno a ello, que muy lejos está de incentivar la violencia de género. Las opiniones en contrario son respetables, y tal vez pueden haberse producido algunos casos aislados de violencia por resaltar la belleza de manera provocativa hacia otras personas que no lo son, pero no creemos que sea en el marco de los concursos de belleza, y menos aún de las fiestas populares que se realizan en infinidad de pueblos en todo el ámbito del país. Si en cambio no se puede negar que existe una suerte de destape frívolo de conocidas actrices, bellísimas modelos y jóvenes muy dotadas por la naturaleza que quieren escalar posiciones en el mundillo de la fama, exponen abiertamente su belleza, muestran todos sus atributos y logran generosos espacios en todos los medios, pero esas chicas no son las que participan en los concursos de belleza.
Es más, en dichos concursos, incluido el de la Fiesta Nacional del Girasol, el máximo de exposición que tienen las participantes es en trajes de baño y enterizo, que sólo dejan ver escasas porciones de piel desnuda, aunque resaltan sus formas y la armonía de sus cuerpos.
La belleza ha sido siempre un símbolo en la mujer. Es por ello que han nacido los concursos, la gente, el pueblo, elige con entusiasmo a las más bellas, luego premia también la simpatía y otras condiciones que son igualmente valiosas, todo en un clima de alegría, cordialidad y verdadera fiesta. No hemos apreciado a los largo de 24 fiestas nacionales que haya habido un sólo incidente o consecuencia relacionado con estos concursos.
Quienes hayan decidido suspenderlos invocan razones que a su juicio son atendibles y por lo tanto deben ser respetadas, pero ello no significa que sean acertadas y merezcan ser imitadas por todos.
No hace mucho tiempo fue furor en nuestro país y en toda latinoamérica y el mundo una telenovela colombiana denominada Betti, la fea, interpretada por Ana María Orozco, ganando una mención en el libro Guinnes de los récords por haber sido la telenovela más exitosa de todos los tiempos. ¿Habrá promovido esa tira la violencia de género?.