El consumidor más que una persona es un personaje que alterna sus actividades de equilibrista con las de mago, mostrando una capacidad notable para estirar sus entradas a límites increíbles. Pero su sentido común se estrella con las políticas comerciales, que por cierto no entiende demasiado y lo intrigan sin encontrar respuestas.
Juan fue previsor, compró los artículos navideños unos cuantos días antes de las fiestas echando mano a unos ahorros que tenía. Es así que adquirió esa sidra «premium» que le gusta, unos turrones de maní y almendra, un pan dulce de reconocida marca y un par de botellitas de vino reserva. Gastó 550 pesitos, en su casa son seis, por lo que se aseguraba la dulzura de las fiestas y el brindis familiar. Su señora iba a preparar riquísimos fiambres para una cena fresca, sustanciosa y abundante.
Pero, para su asombro Juan observó que esa sidra que pagó 85 pesos, dos días antes de la Nochebuena estaba en oferta a 60 pesos ¡la misma!, un 30% menos, y el vino por el mismo precio de una botella le daban dos. El pandulce estaba rebajado un 25% al igual que los turrones. Si Juan no se hubiera apurado a comprar, habría gastado $ 400 en lugar de los $ 550 que pagó una semana atrás.
Y como esas tantas rebajas y ofertas increíbles, como por ejemplo el 50% de rebaja en cada compra hecha con la tarjeta de un banco oficial. ¿Quién se hace cargo de esa rebaja?. Pareciera que el banco, y si el banco es oficial, los que pagamos ese descuento somos todos. ¿Se entiende eso?. Si hoy una mercadería se vende a 10 y mañana te hacen un descuento de un 30%, vendiéndola a 7, quiere decir que antes te estaban robando. ¿O no?. Claro que sí, te estaban robando.
Pero dale que va, es cosa de todos los días. El asombro de los «juanes y juanas», no tiene explicación. ¿Cuándo hay que comprar, hoy, o mañana?. Si compramos hoy por ahí mañana está todo a mitad de precios o con rebajas importantes. ¿Se puede vivir en un país tan imprevisible?. Y lo que es peor sin entender lo que pasa, ¿cómo es -vaya otro ejemplo- que te financian SIN INTERÉS a 18 meses con una inflación del 20 o el 30% anual?. O pierden plata o a los precios que vendieron te estaban robando.
La pregunta queda abierta: existe alguna explicación lógica, o la lógica nos dice que «menos pregunta Dios y perdona…»