Por razones legales que en cierto aspecto son aten-dibles, hechos delictivos denunciados que registran como víctimas a menores de edad se mantienen en total y absoluta reserva. Decimos que en cierto aspecto son atendibles, ya que esa reserva pone a resguardo no sólo la identidad de la víctima, que está bien que así sea, sino también la identidad del victimario y las circunstancias por las cuales cometió el presunto delito denunciado.
Por citar un ejemplo reciente, una jovencita de 16 años que fue objeto de abuso sexual por parte de un remisero protagonizó ya dos intentos de suicidio, abrumada por aquel acontecimiento que sin duda la marcó de por vida, dejando huellas que sólo un adecuado tratamiento psicológico y psiquiátrico podrá amenguar.
El hecho delictivo referido fue cometido tiempo atrás permaneciendo en total desconocimiento de la población, ya que es una modalidad por razones estrictamente legales de la Comisaría de la Mujer (allí fue denunciado) el no brindar información alguna de los hechos que allí se sustancian.
Es así que las personas que cometen ese tipo de delito, gozan por lo general de libertad, ya que comprobarlos requiere un engorroso proceso judicial, que en muchos casos por la falta de pruebas terminan con el sobreseimiento del acusado.
Por otro lado «marcar» a una persona acusada de un delito deleznable cuando aún el mismo no ha sido comprobado fehacientemente, es ir contra el principio de inocencia del que gozan constitucionalmente todos los ciudadanos.
Queda flotando en el pensamiento colectivo que por ese derecho que le otorga la constitución a los ciudadanos de este país, circulan entre nosotros potenciales abusadores o violadores que en cualquier momento pueden cobrar otras víctimas.
