XXV FIESTA NACIONAL DEL GIRASOL Más que el balance, lo que importa es la repercusión

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Veinticinco ediciones de la Fiesta Nacional del Girasol nos permiten comparaciones, balances, resultados y un sin fin de evaluaciones que a la hora de un pretendido balance, lo que realmente tenemos que evaluar es la repercusión obtenida. Obviamente que la fiesta de 1965 fue la que mayor vuelo tuvo a nivel nacional, dada por la visita del entonces Presidente de la Nación Arturo Illia, sin dejar de lado el excelente trabajo de la comisión organizadora, compuesta por vecinos de todas las capas sociales de nuestra comunidad. La fiesta tuvo un desarrollo notable, el Presidente Illia no tuvo premuras ni puso condiciones, por lo que la repercusión fue la mejor.

A partir de allí cada fiesta tuvo lo suyo, alguna más poblada de atracciones que otra, unas con mayor presupuesto, otras más bien gasoleras, pero en general todas con una impresionante repercusión por parte de los vecinos y los visitantes, que colmaron nuestras calles, la plaza y el escenario en el cual se desarrollaron los actos principales.

Y esta edición, la Nº 25 no fue una excepción, muy por el contrario podemos decir que el entusiasmo de los vecinos y nuestros visitantes, que todos aseguran en algunos momentos superaron las 10 mil personas, fue superlativo, la calidad de los espectáculos artísticos fue de la mejor, la organización impecable, y si hubo fallas o defectos estos no se notaron. Carlos Casares vivió dos jornadas memorables que permitieron salvar la frustración del primer día por el chubasco que se desató en el comienzo de la celebración. Incluso allí se vio como se elaboró velozmente un plan alternativo y pudo realizarse el acto esencial programado para ese día.

El verdadero éxito tiene que ver con la participación, y en esta fiesta participaron vecinos, instituciones, autoridades, todo el mundo, el slogan de que es la fiesta de todos quedó plasmado sin duda alguna en la presencia del pueblo en las calles, el disfrute con el clima, las atracciones, los shows artísticos, la presencia, aunque efímera de la gobernadora de Buenos Aires, y la elección de la Reina Nacional, que sigue siendo el acto más importante de la fiesta.

Vaya el reconocimiento y la felicitación a la comisión organizadora, a la comuna que se puso la fiesta al hombro, a las instituciones que participaron, más con alegría que con compromiso, por entender que son el motor de la comunidad. Y a los vecinos que con su presencia le dieron el marco espectacular del que no puede prescindir fiesta alguna que se presuma exitosa.

 

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