Más de 350 mil personas (la justicia dice que 550.000) concurrieron al recital del Indio Solari en Olavarría. No hace falta dar detalles de lo que ocurrió, ya la prensa se ha ocupado desde hace días de la tragedia y el descontrol de tan multitudinario recital.
FUERON MUCHOS CASARENSES
Como es de imaginar númerosos casarenses han ido a Olavarría, muchos en colectivos especialmente contratados y otros por su cuenta, tal el caso del Dr. Sebastián Pagano y Carlitos Florit con sus respectivas esposas, una combi de Luisito Acuña y otros casarenses que ocasionalmente residen en otros puntos, entre ellos el joven Jonathan Adrover, de 28 años, actualmente domiciliado en La Plata y fanático del Indio Solari, que con un grupo de amigos concurre a todos sus recitales. Nos contaba su padre, encargado de la oficina de la empresa de transporte de pasajeros Sanz en la terminal local, que logró comunicarse con su hijo, el que le informó que tal cual lo tenían previsto concurrieron en un micro contratado por ellos a Olavarría y acamparon también en el lugar que habían convenido. «»Jona» me dijo que no tuvieron ningún problema, se ubicaron a una distancia apreciable del palco, que es donde se producen las avalanchas y por lo tanto no tuvieron inconvenientes. Vieron si algunos incidentes y el descontrol propio de semejante marea humana, pero todo salió tal cual lo habían previsto y organizado. Llegó el domingo a las 20 hs. está muy bien por suerte. Lo mismo ocurrió con Pagano y Florit y el resto de los fanas casarenses que se organizaron y contrataron medios de transporte. Al respecto Florit nos decía: «Nosotros no tuvimos ningún problema, ingresamos temprano y salimos por la misma puerta, por suerte nos fue bien». Una nota risueña la dio un joven que decían de apellido Ratovsky que no aparecía, los compañeros del colectivo lo buscaban, y resulta que se había ido a la casa de unos parientes que tiene en Olavarría a comer un asado.
LOS QUE QUISIERON VER DE CERCA A EL INDIO LA PASARON MUY MAL
Esto demuestra que los que tuvieron cuidado y tomaron los recaudos necesarios para no correr riesgos, no tuvieron problemas. Los que quisieron tener el privilegio de ver al Indio de cerca, esos fueron los que sufrieron caídas, aplastamientos y la pasaron muy mal, terminando algunos en la morgue y otros en el hospital.
Algunas radios y noticieros televisivos daban cuenta de la desaparición de un joven nuevejuliense llamado Néstor Belosi al que se lo buscaba intensamente.
Es de esperar que los intendentes no se entusiasmen con la movida que pueden ocasionar los ídolos rockeros, y se detengan a pensar que sus pueblos no están preparados para recibir a cientos de miles de personas, algunas en situación de riesgo, alcoholizados, drogados y no pocos violentos. Dos muertos y veinte o treinta heridos no es nada comparado a lo que pudo pasar. Allí estuvo, sin dudarlo, la mano de Dios.