Dicen que por cada hombre hay siete mujeres. Hummm… no pareciera, en política y ahora que en las listas bonaerenses las damas deben compartir en igual proporción las bancas de concejal, no se consiguen mujeres para cubrir cargos electivos. Obviamente caras nuevas, chicas emprendedoras, informadas y con madera de políticas, agudas en la crítica, capaces de sostener un debate y fudamentalmente con ganas de trabajar. En los distintos partidos políticos que confrontarán en la próximas elecciones los dirigentes se exprimen la cabeza buscando mujeres representativas, capaces de cosechar votos y no de calentar una banca para cumplir con el cupo exigido.
Se dice que las mujeres son más perceptivas, inteligentes, con capacidad de trabajo, honestas y con una visión de la equidad y la justicia que no suelen tener los hombres. Pero a muchas les falta coraje para asumir el rol de políticas, saberse capaces de desempeñar ese rol y tener las agallas para competir con los hombres. Las que asoman con éxito a la política son unas fieras, pero claro, en pueblos como Casares existen algunos prejuicios que hacen que no se animen, que ante un ofrecimiento resignen su participación.
Es de esperar que las que integren las futuras listas reúnan las condiciones que cada vez con más frecuencia hacen que las mujeres no sólo triunfen en la política, sino también en las empresas, las instituciones y en todo lugar que se propongan.