Un día como hoy, el 1º de abril de 1928 nacía El Oeste como una nueva expresión del periodismo casarense. Fundado por Ignacio Vázquez que fue su primer director, con la colaboración de su hermana Juanita Vázquez, lograron con el correr de los años y el ferviente e incondicional apoyo de miles y miles de lectores, convertirse en una auténtica marca registrada. Casi 9 décadas relatando uno a uno los acontecimientos que conformaron la historia casarense, hizo de El Oeste una tribuna popular en la que se entremezclaban acontecimientos sociales, noticias policiales, opiniones políticas y notas de color, otorgándole sus lectores un indiscutido liderazgo que perduró y perdura sin claudicaciones hasta nuestros días.
Nada, absolutamente nada hubiera sido posible sin la respuesta de sus lectores. Un medio periodístico vive a través de su difusión, y el haber interpretado las exigencias de los lectores ha sido el secreto fundamental de su permanencia.
Nada ha sido fácil, hubo épocas muy duras y sinsabores, pero jamás El Oeste bajó los brazos. Convertido en el libro de quejas de la población ejerció con valentía ese compromiso, y uno a uno fue sorteando obstáculos siempre con el apoyo de su legión de lectores, y la suma de avisadores que posibilitaron su subsistencia económica, un tema que ha golpeado al periodismo desde siempre.
89 años no es nada… podríamos decir parafraseando el tango Volver, que con singular maestría inmortalizó Carlos Gardel. Si nuestra mirada recorriera la historia familiar de El Oeste, porque ha sido y es una empresa familiar, no podemos dejar de pensar en quienes como Ignacio Vázquez y Juanita Vázquez, que hoy ya no están, acunaron una ilusión que se hizo realidad, piedra fundamental de una aventura exitosa, cuya posta tomaron Anselmo Vázquez y luego ese maestro del periodismo que fue el inolvidable Oscar Vázquez, una pluma fenomenal como no hubo otras en Carlos Casares. Y junto a él su hermano «Tolón», ese romántico incurable que dejó huellas indelebles en la historia de El Oeste. Ambos desaparecidos, le cupo a Nelly Dandlen de Vázquez, la querida Nelly, fallecida hace pocos meses, ocupar el rol de timonel de El Oeste a través de las últimas décadas, una tarea que realizó con amor, volcando toda su capacidad y energías para mantener intacto el sueño y en alto las banderas que fueran izadas aquel 1º de abril de 1928.
Y en realidad 89 años no es nada, el compromiso sigue vigente, el desafío continúa, con el mismo impetud, la misma fuerza, y la vocación que alentó a aquellos que lo dieron a luz. Cada acontecimiento merece ser relatado, cada opinión reflejada, la vida de nuestra comunidad late y seguirá latiendo en cada página de El Oeste.