Si bien estamos acostumbrados a que con frecuencia nos lleguen cartas o correos de lectores que no se identifican, lo que las convierte en anónimas, expresando sus quejas por tal o cuál razón, o denunciando procederes, actitudes, etc., el contenido de algunas de esas notas es de tal gravedad que el darlas a conocer podría determinar serias consecuencias a sus destinatarios, por sobre que lo expresado sea verdadero.
Días pasados dejaron debajo de la puerta de nuestra redacción una nota en la que, quien la escribió, daba cuenta del proceder de un alto funcionario de una repartición pública con relación a una cuestión de índole personal que de ninguna manera atañe a sus importantes funciones. Si bien el sobre que contenía dicha carta tenía un remitente (nombre y apellido) de manera alguna nos consta que el mismo sea verdadero, por lo que tal nota no será publicada.
Solicitamos por lo tanto a nuestros lectores que cada vez que nos escriban para enviarnos alguna noticia o sugerirnos alguna publicación, se identifiquen, a menos que lo que nos relatan sea absolutamente comprobable. Caso contrario estaríamos siendo vehículo de noticias inciertas que podrían afectar el buen nombre y honor de las personas.